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Jaleel acababa de
llegar al castillo después de dejar a los recién llegados en los cuarteles
cuando vio a Vali salir a toda velocidad sin darle siquiera tiempo para decirle
nada.
-¿...a dónde irá con tanta prisa?
Volvió a mirar al
cielo donde ya había desaparecido aquella extraña Luna que había atraído a
todos aquellos Sincorazón a la ciudad.
-Todo debe estar conectado.
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-Vaya habitación más
sosa, Keiro.
Bastet y Keiro, que
habían sido dejados a solas en los cuarteles, se les había asignado una pequeña
habitación con tan solo dos camas y una pequeña cómoda donde pudieran guardar
las pocas pertenencias que tuvieran.
-¿Qué esperabas, una
habitación lujosa con vistas al mar?
-No, pero algo un
poco más... Da igual.
-Deberías descansar,
ha sido un día duro.
-¿Y tú?
-Yo voy a hacer guardia, no me fío de nadie.
-Yo voy a hacer guardia, no me fío de nadie.
-¿Pero qué dices?
Tienes que dormir.
-No te preocupes por
mí, no tengo sueño. Échate un rato, te despertaré si ocurre algo.
Bastet no le dio más
importancia y viendo como Keiro se apoyaba contra la pared más cercana a la
puerta se tumbó en la cama y poco a poco cerró los ojos quedándose dormida.
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-¡Princesa!
¡Princesa!
Alexander que acababa de salir del castillo pudo encontrar a Zero y la princesa Claudia llevando en hombros a un tercer joven justo a escasos metros de la entrada.
-Alexander.
-Princesa, estábamos
preocupados. Tu padre estaba preocupado.
-Tenía que hacer
algo...
-Y estaba conmigo.
-Zero, no es momento
para hacerse el héroe.
-Soy su protector,
¿no? Mientras esté conmigo no le pasará nada, yo responderé ante el rey por
ello. Ahora tenemos que llevar aquí al “colmillos” a la enfermería.
Y quitándole la parte
del peso a la princesa agarró a Blanck solamente él con firmeza.
-Princesa, voy a
dejarle en la enfermería, vete explicándole a tu padre lo que ha ocurrido.
Alexander, acompáñala por favor.
-Claro...
Y tan tranquilo como
siempre, Zero se dirigió a la enfermería mientras la princesa y Alexander iban
a la sala del trono.
-¡Claudia!
-Padre...
-¡Por el Dios león,
Claudia, ¿qué se te ha pasado por la cabeza para abandonar así el castillo?!
-Yo... Lo siento,
padre... Una princesa tiene que ver por sí misma el sufrimiento de su pueblo
para entenderlo.
-¡¿Qué sandeces son
esas?! Los soldados están para proteger la ciudad, no ha ocurrido nada.
-¡Eso no es verdad!
He visto lo que ha pasado... No me vas a hacer ver lo blanco negro.
-¡No voy a tolerar tu
insensatez!
-¡Y yo no voy a
tolerar tu reclusión!
Ambos se quedaron mirando con firmeza, cada cual más cabezón que el otro, hasta que Claudia bajó la cabeza entristecida.
-Ya soy mayor y haré
lo que vea conveniente, y la única manera de que lo evites será encadenándome a
una bola de hierro.
-No voy a hacer eso,
hija. Yo... me enorgullece tu bravuconería y tu fuerza, pero tienes una
importancia dentro de este reino y tienes que entenderla.
-¡Y la entiendo! Lo
que no voy a hacer es quedarme de brazos cruzados sentada.
-Majestad...
Princesa... Hay cosas más importantes.
-Cierto... Padre, nos
enfrentamos al causante de todo esto.
-¡¿Cómo dices?!
-Bueno... yo no llegué
a luchar con él, Zero y otro Elegido me protegieron.
-¿Quién era, cómo
sabes que era el causante?
-Era muy poderoso,
padre. Creó una enorme explosión de Oscuridad y cuando le derrotamos la Luna
desapareció.
-...entiendo...
-Entonces, majestad,
las suposiciones de Vali eran ciertas.
-Eso me temo...
-¡Ya estoy aquí!
-General Zero.
-Majestad... Siento
mucho haber tentado a salir a la princesa del castillo, pero como soy su
protector, pensé que no había ningún problema mientras estuviese contigo.
-¡¿La idea fue tuya?!
Claudia...
-Lo siento, padre. Es
que...
-El que debe sentirlo
soy yo, majestad. Solo quería enseñarle a la princesa lo que eran los Sincorazón,
no pensé que nos encontraríamos con su maestro.
-Zero, que sea la última
vez que pones en peligro innecesario a la princesa.
-Pero padre...
-Entiendo su postura,
majestad, pero la princesa ya es adulta y es una gran guerrera, no solo
necesita saber su posición como noble, algún día también deberá defender su
hogar.
-Lo sé muy bien,
Zero. Pero yo sabré cuando ese día ha llegado. Ahora si nos disculpáis,
generales, me gustaría hablar con mi hija a solas.
-Alteza...
-Majestad...
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-Maldita sea...
La princesa se
encontraba acorralada e incluso herida de su enfrentamiento contra aquel
poderoso Lado oscuro, pronto vería el fin si no hacía algo.
-No me rendiré tan fácilmente, criatura de la Oscuridad.
La princesa volvió a
intentar golpear al Lado oscuro, pero un nuevo puñetazo detuvo su ataque y la
lanzó por los aires directa a empotrarse contra un árbol cercano, aunque
alguien interceptó su lanzamiento y chocó en su lugar contra el árbol.
-¿Qué...? ¡Vali!
-Princesa... No
quiero sonar descortés, pero pesáis... ¡¿Una llave espada?!
-Yo, esto... sí. Lo
siento.
Rápidamente la
princesa se levantó de encima de Vali que se había quedado medio encajado en el
árbol y le ayudó a levantarse.
-¿Estás bien?
-No lo sé. Nadie me
dijo que teníais una Llave espada, princesa.
-¿Por qué todo el
mundo se piensa que soy una inútil?
-Una inútil no,
princesa. Pero no entendía como Alexander os pudo mandar sola a este lugar,
ahora tiene sentido.
Vali terminó de
enderezarse y poniéndose delante de la princesa levantó su Llave espada contra
el Lado oscuro.
-Ahora apártese y déjeme
ocuparme de él.
-¡No!
-No os interpongáis,
princesa. Si os pasara algo no me lo perdonaría como soldado.
-¡Yo también sé
luchar!
-Esto no es un juego.
-¡¿Crees que no lo
sé?! Yo también soy una Elegida y lucharé.
-Como os pase algo no
pienso hacerme responsable. ¿Por qué me dais tantos problemas todos?
-Es más fuerte que
uno normal, ten cuidado, se mueve muy rápido.
-Parece que vais en
serio, princesa.
-Siempre.
-Entonces no hay más
que decir. ¡Ataquemos!
Y lanzándose los dos
a la vez, consiguieron confundir lo suficiente al Lado oscuro para que no
supiera a quien de los dos atacar, aunque el golpe que le dieron no fue lo
suficiente dañino como para siquiera hacer que aquel coloso se inmutara.
-Vamos a tener que
usar algo más fuerte, princesa.
-¡Cuidado!
El Lado oscuro alzó
sus brazos al cielo y lanzando una ola de Oscuridad empezó a llover con fuerza
sobre todo el lugar, destruyendo ruinas, árboles y carne. A Vali solo se le
ocurrió acercarse a la princesa y alzando su Llave espada invocó una barrera mágica
que los protegió de la lluvia oscura. Para cuando la lluvia acabó todo estaba
destrozado.
-¡Ahora!
La princesa se
adelantó a Vali saltando en el aire y le lanzó un rayo de luz al coloso que no
pudo bloquear y le atravesó, momento que Vali aprovechó para congelarle las
piernas a la criatura oscura. Aunque eso no fue suficiente para detenerle, el
hielo se rompió cuando se arrodilló, e introduciendo su brazo bajo el suelo,
creó un enorme portal de oscuridad del que salieron una gran cantidad de
Sombras.
-Esto no tiene fin...
-No os rindáis aún,
princesa. Tendremos que usar nuestra mayor baza. ¿Crees que podrás?
-Lo intentaré.
-No necesito que lo intentéis,
princesa. Necesito que lo hagáis.
-¡Está bien, vamos
allá!
La coordinación no
fue tan preparada como cuando Vali luchaba junto a su batallón pero fue
suficiente. La princesa empezó a levitar en el aire con lo que le quedaba de
fuerzas y se arrojó contra el Lado oscuro mientras varias llamas de fuego,
hojas de hielo y relámpagos surgían a su alrededor. Eso trastornó bastante al
Sincorazón que quedó quemado por algunas partes, electrocutado y congelado a la
vez. Vali entonces se impulsó y añadiendo una velocidad impresionante a sus
ataques empezó a golpear al Lado oscuro por todas partes sin que pudiera
siquiera ver al Elegido, finalmente una enorme corriente de Luz surgió de
Eleone fulminando al ser oscuro y Vali lo remató atravesándole con la Llave
espada, la cual arrojó con una fuerza y velocidad notables destruyendo al
Sincorazón al instante, aunque ambos quedaron bastante agotados.
-¿Qué decías...?
-Vale, sí, estoy bastante impresionado. Pero eso no cambia que esta salida ha sido innecesaria, solo hay que ser valiente cuando se debe serlo. No sé que queríais demostrar, princesa.
-Vale, sí, estoy bastante impresionado. Pero eso no cambia que esta salida ha sido innecesaria, solo hay que ser valiente cuando se debe serlo. No sé que queríais demostrar, princesa.
-No quería demostrar
nada, solo quería ayudar, aunque...
La princesa no había
podido siquiera pensar en lo que había ocurrido por culpa de la batalla, pero
tan pronto como había acabado volvieron a sus pensamientos el problema en el
que había metido a Eclissis abriendo las puertas al Corazón del Mundo.
-Tenemos que volver.
He de hablar con mi padre.
-Volvamos entonces.
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