sábado, 12 de mayo de 2012

Capítulo 12: Un nuevo mundo, una nueva amenaza


Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=1ZePKlvgw4Q

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Una enorme oscuridad les envolvía por todas partes, las pocas luces que aún brillaban en aquella Oscuridad eran sus únicas guías, incluso cuando la princesa miró hacia atrás, Eclissis tan solo era una luz ya.

-¡Bastet! ¿Cómo vamos a orientarnos?
-¡No lo sé!
-¡¿Cómo que no lo sabes?!
-¡Nunca he estado aquí!
-¡Debes estar bromeando, pelirroja!
-¡No bromeo, sabía cómo llegar pero mi Maestro nunca me dejó salir!
-¡¿Y qué hacemos?!
-¡Creo que yo sé qué hacer!
-¡¿A qué te refieres, princesa?!
-¡Dejad que se concentre!

La princesa, en pleno movimiento con su deslizador, cerró los ojos y se puso la mano en el pecho, no había mejor guía hacia una Luz que otra Luz. Y pronto vio cual era el Mundo más cercano.

-¡Seguidme!
-¡¿A dónde?!
-¡Ya habéis oído, confiad en la princesa!

Y así fue como la princesa les guió a través del infinito espacio hacia la luz más próxima que no era nada más ni nada menos que un mundo desértico que ya podían ver a la lejanía.

-¡¿Qué hacemos, Bastet?!
-¡Tengo que abrir otro portal!

Bastet apuntó con su Llave deslizador hacia el Mundo y disparó un rayo de energía a través de él abriendo un nuevo portal de Luz hacia el centro del Mundo por el cual entraron todos en orden. Tal y como habían visto desde el exterior, el Mundo era totalmente yermo y sin vida, no tardaron mucho en descender hasta el suelo y hacer desaparecer las armaduras y las Llaves deslizador para concentrarse en su siguiente movimiento.

-No sé vosotros, pero yo no creo que quede nadie con vida en este... en este... lugar...
-No seas pesimista, rubito.
-¡Oye!
-Tú me pones un mote, yo te lo devuelvo.
-Tiene que haber vida.
-¿Cómo lo sabes, princesa?
-Porque si no los Sincorazón habrían consumido el Corazón de este Mundo y no podríamos haber entrado en él.
-Eso tiene su lógica.
-Pues yo sigo sin ver vida en kilómetros a la redonda.
-Dejad que os guíe otra vez.
-¿Cómo lo haces, princesa?
-Yo... Hay una poderosa Luz en mi Corazón y es capaz de guiarme hacia otra Luz. Si me ha traído a este Mundo es porque debe haber más Luz aquí.
-¿Y hacia dónde vamos?
-Déjala que se concentre, impaciente.

Y mientras la princesa se ponía la mano de nuevo en el Corazón y cerraba los ojos, Kuroi, que había estado en silencio, se alejó un poco del grupo y puso su mano en tierra.

-Algo viene.
-Chsss. Cállate, novato, que la princesa se está concentrando.
-Pero es que algo viene por ahí.

Eleone salió de su trance al oír eso.

-¿Qué viene, Kuroi?
-No lo sé, pero sea lo que sea es muy grande y hace mucho ruido.
-¿Y tú cómo lo sabes?
-¿No sentís las vibraciones?
-No.
-Mirad la arena del suelo como se mueve, debe ser enorme.
-¡Mirad, allí! ¿Qué... qué es eso?

A lo lejos, desde la distancia que había previsto Kuroi, venía una enorme esfera oscura que por la distancia y su tamaño debía medir varios metros de altura.

-Esa cosa viene directo hacia nosotros.
-Pero, ¿qué es?
-Podría discernir ese asqueroso olor a Mundos de distancia de aquí.
-¿Asqueroso olor, Blanck? Quieres decir que es...
-Sincorazón.
-¿Esa cosa tan grande es un Sincorazón? No tiene la forma de ninguno que hayamos podido conocer anteriormente.
-No es solo uno, son muchos.
-¡¿Muchos?! Pero...
-¿No veis sus ojos?
-¿Cómo quieres que los veamos, colmillitos? Está todavía a kilómetros de aquí.
-Son Sombras, parecen estar unidas.
-¿Sombras, quieres decir que esa gran bola de Oscuridad son millares de sombras apelotonadas en forma de balón?
-Y vienen directos hacia aquí.
-Pues habrá que darles un buen patadón. Aunque el fútbol nunca fue lo mío.
-¿Por qué irán en esa dirección?
-A lo mejor nos han sentido y quieren engullirnos. No debe haber muchos Corazones por aquí, y después de todo somos Elegidos, nuestros Corazones deben estar sabrosos.
-¡Yo no quiero que mi Corazón esté sabroso!
-Bastet, el tuyo es el más delicioso.
-Keiro...
-Por favor, voy a vomitar.
-¡Debemos detenerlo!
-¿Estás loca, princesa?
-Cuando Kuroi ha hablado estaba sintiendo algo desde la dirección a la que va esa marabunta de Sincorazón, no podemos dejarles llegar.
-¿Y tienes algún plan para detener ESO?
-Yo creo poder detener su movimiento.
-¿Y cómo vas a hacer eso, novato?
-Deja de llamarme, novato. No tienes ni idea de cuanto tiempo llevo siendo Elegido.
-Mmm... en eso tienes razón. Bueno, ¿y qué tienes en mente, grandullón?
-Aiss... Bueno, yo creo ser lo suficiente resistente y fuerte para detener su inercia, el plan de cómo destruirles os lo dejo a vosotros.
-Ya se está acercando, así que rapidito.
-Yo propongo que nos dividamos a ambos lados.
-Pero no todos somos tan rápidos para llegar a tiempo.
-Entonces solo irán los rápidos.
-Vale, vale. Ya he entendido la indirecta, me quedaré con Kuroi. Te apoyaré con un poco de fuerza extra.
-Pues iremos en parejas, yo y la princesa atacaremos por el flanco derecho y colmillitos y la pelirroja por el izquierdo.

Tan pronto como dijo eso, Blanck echó a correr a cuatro patas hacia su flanco sin pensárselo.

-¿Alguien sabe de dónde saca esas posturas?
-¡No, y no me importa!

Bastet echó a correr detrás de él a cierta distancia, seguidamente Eleone tiró del brazo de Zero que seguía comiéndose la cabeza pensando en qué podía ser Blanck y salieron los dos corriendo hacia el flanco contrario.

-Nos hemos quedado solos.
-No es nada nuevo para mí.
-¿Tú también eres un lobo solitario?
-No sé si lo soy, pero está claro que tú tampoco. Parece que te importa mucho esa tal Bastet.
-Si salimos vivos de ésta, te diré cuánto me importa. ¿Cuál es tu plan?
-Éste.

Kuroi invocó su Llave espada y alzándola al aire se convirtió en un enorme escudo tan alto como él que al posar en el suelo se expandió mágicamente protegiendo los flancos y el alto del enorme Elegido.

-¿Vas a detener esa cosa con eso?
-¿Algún inconveniente?
-Para nada, me encantan los retos. ¿Y qué hago yo?
-Puede que sean Sincorazón, pero en esa forma son una esfera y toda esfera tiene un punto débil.
-¿Toda esfera tiene un punto débil?
-Sí, he estudiado un poquito, ¿qué pasa?
-No, nada, nada. Es que en mi cabeza todos los Elegidos eran campechanos.
-Pues ya ves que servidor no.
-Bueno, ¿dónde tengo que golpear?
-Cuando esté aquí te lo diré.

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-¡Blaaaanck, esperaaa!

Y tan pronto como terminó el grito Bastet, Blanck paró de correr derrapando sobre sus cuatro extremidades y Bastet por no comérselo saltó por encima de él y se cayó de culo contra el suelo.

-¡Ay!
-Parece que somos más rápidos que la princesa y el soldadito.
-¿A qué te re...? ¡AH!

Tan pronto como Bastet recuperó la compostura, vio como la enorme esfera de Sincorazón pasaba a la par de ellos, justo en frente. Ahora Bastet podía ver la gran cantidad de ojitos amarillos que tenía esa gran esfera.

-¿Qué... hacemos?
-Seguirla, pero de lejos. Nunca había visto a los Sincorazón viajar de esa manera. Es mejor mantener la distancia.
-Sí.

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-Princesa, cuidado. Mantente lejos de esa cosa.
-Es enorme. Ya casi está llegando al punto en el que están Keiro y Kuroi. ¿Crees que podrán detenerle?
-No lo sé, pero si ellos no pueden, nadie podrá.
-Siento... algo...
-¿Pasa algo, princesa?
-Hay algo ahí dentro.
-¿Dentro de los Sincorazón?
-Sí, en su núcleo, pero está nublado, no puedo verlo con claridad.
-¿Quieres decir que hay algo controlándolos?
-Puede. Ten en cuenta que los Sincorazón pueden usar Portales de Oscuridad, ¿para qué moverse de esta manera tan rudimentaria?
-No lo sé, pero desde luego es una manera muy inteligente de ser imparables.
-¿No ves? A eso me refería, los Sincorazón no son inteligentes.
-Ya entiendo tu punto, princesa. Así que lo que quiera que esté en su núcleo, los está controlando.
-Sí, y creo que cuando Kuroi y Keiro lo detenga, se va a enfadar...
-¿Enfadar, de qué manera?
-No lo sé, debemos estar preparados. Si pudiéramos crear una trampa.
-¿Una trampa?
-Si los detienen y rompen su vínculo, ¿no crees que son demasiados Sincorazón para nosotros?
-Ahora que lo dices... ¡¿Cómo no hemos caído antes en ello?!
-Ya no importa, si pudiéramos hacer que caigan en una trampa, sería más fácil derrotarlos.
-¿Una trampa? ¡Ya sé! Recuerdo que Blanck me dijo que su elemento era la Tierra, podría intentar algo. Pero... está en la otra punta.
-Dejámelo a mí.

Eleone se volvió a llevar la mano al Corazón e intentó recordar aquel hechizo que aprendió en la biblioteca que le permitía hablar con otros Corazones.

-Bastet.
-¡¿Princesa?!
-¿La princesa, dónde?
-No lo sé, la he oído.
-Bastet, escúchame.
-¡Princesa! ¿Qué...?
-No es momento para explicaciones. He sentido un ser muy poderoso dentro de la esfera de Sincorazón, creo que es quien los controla. Dile a Blanck que necesitamos sus poderes sobre la tierra para que les detenga cuando rompamos su unión.
-Blanck, dice la princesa...
-Lo he oído todo.
-¿Tú también?
-Tengo un buen oído.
-¿Todo bien, entonces?
-Sí, déjalo en mi mano.

La conexión se rompió.

-¿Qué planeas hacer, Blanck?
-Mi mejor baza. ¿Me prestarías un poco de tu poder?
-Cla-claro, ¿qué hago?
-Dame tu mano.

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-Ahí llega, Kuroi.
-Échate atrás. ¡YAAAAA!

Kuroi salió corriendo contra la enorme esfera segundos antes del impacto y cuando chocó contra ella el poderoso escudo hizo a la enorme esfera de Sincorazón botar ligeramente de la inercia. Su choque contra el suelo hizo temblar la tierra e hizo perder el equilibrio a Keiro aunque rápidamente lo recuperó y pudo ver como aunque Kuroi seguía intacto, iba perdiendo terreno derrapando contra el suelo, la fuerza que ejercía aquella esfera era potente.

-¡Kuroi, ¿puedes?!
-Sí... un poco más. ¡Keiro, ¿ves justo la perspectiva a la que gira la esfera?
-¿Qué perspectiva? ¡Las mates nunca fueron lo mío!
-Vale, lo haremos de otra manera. ¡Golpea justo a dos metros por encima de mi escudo!
-¡Ahora sí hablas mi idioma!

Keiro dio un salto hacia atrás lo suficiente lejos para darle tiempo a invocar su Llave espada y transformarla en sus grebas y guanteletes y se arrodilló.

-Es hora de probar una nueva técnica.

Keiro esta vez empezó a reunir energía en torno a brazos y piernas, y cuando alcanzaron el límite y vio que la esfera estaba lo suficiente cerca se impulsó a gran potencia como un cohete y levantando el puño derecho golpeó justo en el lugar que Kuroi le dijo.

-¡Vendetta final!

La fuerza no solo fue suficiente para detenerlos, si no que las vibraciones fueron llegando de Sincorazón a Sincorazón hasta el centro del núcleo despertando a quien había dentro.

-¡¿QUIÉN ES EL IMBÉCIL QUE OSA DESPERTARME DE MI SIESTA?!

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