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Una enorme oscuridad
les envolvía por todas partes, las pocas luces que aún brillaban en aquella
Oscuridad eran sus únicas guías, incluso cuando la princesa miró hacia atrás,
Eclissis tan solo era una luz ya.
-¡Bastet! ¿Cómo vamos
a orientarnos?
-¡No lo sé!
-¡¿Cómo que no lo
sabes?!
-¡Nunca he estado aquí!
-¡Debes estar bromeando, pelirroja!
-¡Debes estar bromeando, pelirroja!
-¡No bromeo, sabía cómo
llegar pero mi Maestro nunca me dejó salir!
-¡¿Y qué hacemos?!
-¡Creo que yo sé qué
hacer!
-¡¿A qué te refieres,
princesa?!
-¡Dejad que se
concentre!
La princesa, en pleno
movimiento con su deslizador, cerró los ojos y se puso la mano en el pecho, no
había mejor guía hacia una Luz que otra Luz. Y pronto vio cual era el Mundo más
cercano.
-¡Seguidme!
-¡¿A dónde?!
-¡Ya habéis oído,
confiad en la princesa!
Y así fue como la
princesa les guió a través del infinito espacio hacia la luz más próxima que no
era nada más ni nada menos que un mundo desértico que ya podían ver a la lejanía.
-¡¿Qué hacemos,
Bastet?!
-¡Tengo que abrir
otro portal!
Bastet apuntó con su
Llave deslizador hacia el Mundo y disparó un rayo de energía a través de él
abriendo un nuevo portal de Luz hacia el centro del Mundo por el cual entraron
todos en orden. Tal y como habían visto desde el exterior, el Mundo era
totalmente yermo y sin vida, no tardaron mucho en descender hasta el suelo y
hacer desaparecer las armaduras y las Llaves deslizador para concentrarse en su
siguiente movimiento.
-No sé vosotros, pero
yo no creo que quede nadie con vida en este... en este... lugar...
-No seas pesimista,
rubito.
-¡Oye!
-Tú me pones un mote,
yo te lo devuelvo.
-Tiene que haber
vida.
-¿Cómo lo sabes, princesa?
-Porque si no los
Sincorazón habrían consumido el Corazón de este Mundo y no podríamos haber
entrado en él.
-Eso tiene su lógica.
-Pues yo sigo sin ver
vida en kilómetros a la redonda.
-Dejad que os guíe
otra vez.
-¿Cómo lo haces,
princesa?
-Yo... Hay una poderosa
Luz en mi Corazón y es capaz de guiarme hacia otra Luz. Si me ha traído a este
Mundo es porque debe haber más Luz aquí.
-¿Y hacia dónde vamos?
-Déjala que se
concentre, impaciente.
Y mientras la
princesa se ponía la mano de nuevo en el Corazón y cerraba los ojos, Kuroi, que
había estado en silencio, se alejó un poco del grupo y puso su mano en tierra.
-Algo viene.
-Chsss. Cállate,
novato, que la princesa se está concentrando.
-Pero es que algo
viene por ahí.
Eleone salió de su
trance al oír eso.
-¿Qué viene, Kuroi?
-No lo sé, pero sea
lo que sea es muy grande y hace mucho ruido.
-¿Y tú cómo lo sabes?
-¿No sentís las
vibraciones?
-No.
-Mirad la arena del
suelo como se mueve, debe ser enorme.
-¡Mirad, allí! ¿Qué...
qué es eso?
A lo lejos, desde la
distancia que había previsto Kuroi, venía una enorme esfera oscura que por la
distancia y su tamaño debía medir varios metros de altura.
-Esa cosa viene
directo hacia nosotros.
-Pero, ¿qué es?
-Podría discernir ese
asqueroso olor a Mundos de distancia de aquí.
-¿Asqueroso olor,
Blanck? Quieres decir que es...
-Sincorazón.
-¿Esa cosa tan grande
es un Sincorazón? No tiene la forma de ninguno que hayamos podido conocer
anteriormente.
-No es solo uno, son
muchos.
-¡¿Muchos?! Pero...
-¿No veis sus ojos?
-¿Cómo quieres que
los veamos, colmillitos? Está todavía a kilómetros de aquí.
-Son Sombras, parecen
estar unidas.
-¿Sombras, quieres
decir que esa gran bola de Oscuridad son millares de sombras apelotonadas en
forma de balón?
-Y vienen directos
hacia aquí.
-Pues habrá que darles un buen patadón. Aunque el fútbol nunca fue lo mío.
-¿Por qué irán en esa
dirección?
-A lo mejor nos han
sentido y quieren engullirnos. No debe haber muchos Corazones por aquí, y después
de todo somos Elegidos, nuestros Corazones deben estar sabrosos.
-¡Yo no quiero que mi
Corazón esté sabroso!
-Bastet, el tuyo es
el más delicioso.
-Keiro...
-Por favor, voy a
vomitar.
-¡Debemos detenerlo!
-¿Estás loca,
princesa?
-Cuando Kuroi ha
hablado estaba sintiendo algo desde la dirección a la que va esa marabunta de
Sincorazón, no podemos dejarles llegar.
-¿Y tienes algún plan
para detener ESO?
-Yo creo poder
detener su movimiento.
-¿Y cómo vas a hacer
eso, novato?
-Deja de llamarme,
novato. No tienes ni idea de cuanto tiempo llevo siendo Elegido.
-Mmm... en eso tienes
razón. Bueno, ¿y qué tienes en mente, grandullón?
-Aiss... Bueno, yo
creo ser lo suficiente resistente y fuerte para detener su inercia, el plan de
cómo destruirles os lo dejo a vosotros.
-Ya se está
acercando, así que rapidito.
-Yo propongo que nos
dividamos a ambos lados.
-Pero no todos somos
tan rápidos para llegar a tiempo.
-Entonces solo irán
los rápidos.
-Vale, vale. Ya he
entendido la indirecta, me quedaré con Kuroi. Te apoyaré con un poco de fuerza
extra.
-Pues iremos en
parejas, yo y la princesa atacaremos por el flanco derecho y colmillitos y la
pelirroja por el izquierdo.
Tan pronto como dijo
eso, Blanck echó a correr a cuatro patas hacia su flanco sin pensárselo.
-¿Alguien sabe de dónde
saca esas posturas?
-¡No, y no me
importa!
Bastet echó a correr
detrás de él a cierta distancia, seguidamente Eleone tiró del brazo de Zero que
seguía comiéndose la cabeza pensando en qué podía ser Blanck y salieron los dos
corriendo hacia el flanco contrario.
-Nos hemos quedado
solos.
-No es nada nuevo
para mí.
-¿Tú también eres un
lobo solitario?
-No sé si lo soy,
pero está claro que tú tampoco. Parece que te importa mucho esa tal Bastet.
-Si salimos vivos de ésta,
te diré cuánto me importa. ¿Cuál es tu plan?
-Éste.
Kuroi invocó su Llave
espada y alzándola al aire se convirtió en un enorme escudo tan alto como él
que al posar en el suelo se expandió mágicamente protegiendo los flancos y el
alto del enorme Elegido.
-¿Vas a detener esa
cosa con eso?
-¿Algún
inconveniente?
-Para nada, me encantan los retos. ¿Y qué hago yo?
-Puede que sean
Sincorazón, pero en esa forma son una esfera y toda esfera tiene un punto débil.
-¿Toda esfera tiene
un punto débil?
-Sí, he estudiado un poquito, ¿qué pasa?
-Sí, he estudiado un poquito, ¿qué pasa?
-No, nada, nada. Es
que en mi cabeza todos los Elegidos eran campechanos.
-Pues ya ves que
servidor no.
-Bueno, ¿dónde tengo
que golpear?
-Cuando esté aquí te
lo diré.
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-¡Blaaaanck,
esperaaa!
Y tan pronto como
terminó el grito Bastet, Blanck paró de correr derrapando sobre sus cuatro
extremidades y Bastet por no comérselo saltó por encima de él y se cayó de culo
contra el suelo.
-¡Ay!
-Parece que somos más
rápidos que la princesa y el soldadito.
-¿A qué te re...? ¡AH!
Tan pronto como
Bastet recuperó la compostura, vio como la enorme esfera de Sincorazón pasaba a
la par de ellos, justo en frente. Ahora Bastet podía ver la gran cantidad de
ojitos amarillos que tenía esa gran esfera.
-¿Qué... hacemos?
-Seguirla, pero de
lejos. Nunca había visto a los Sincorazón viajar de esa manera. Es mejor
mantener la distancia.
-Sí.
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-Princesa, cuidado.
Mantente lejos de esa cosa.
-Es enorme. Ya casi
está llegando al punto en el que están Keiro y Kuroi. ¿Crees que podrán
detenerle?
-No lo sé, pero si ellos no pueden, nadie podrá.
-No lo sé, pero si ellos no pueden, nadie podrá.
-Siento... algo...
-¿Pasa algo,
princesa?
-Hay algo ahí dentro.
-¿Dentro de los
Sincorazón?
-Sí, en su núcleo,
pero está nublado, no puedo verlo con claridad.
-¿Quieres decir que
hay algo controlándolos?
-Puede. Ten en cuenta
que los Sincorazón pueden usar Portales de Oscuridad, ¿para qué moverse de esta
manera tan rudimentaria?
-No lo sé, pero desde
luego es una manera muy inteligente de ser imparables.
-¿No ves? A eso me
refería, los Sincorazón no son inteligentes.
-Ya entiendo tu
punto, princesa. Así que lo que quiera que esté en su núcleo, los está
controlando.
-Sí, y creo que
cuando Kuroi y Keiro lo detenga, se va a enfadar...
-¿Enfadar, de qué
manera?
-No lo sé, debemos
estar preparados. Si pudiéramos crear una trampa.
-¿Una trampa?
-Si los detienen y
rompen su vínculo, ¿no crees que son demasiados Sincorazón para nosotros?
-Ahora que lo
dices... ¡¿Cómo no hemos caído antes en ello?!
-Ya no importa, si
pudiéramos hacer que caigan en una trampa, sería más fácil derrotarlos.
-¿Una trampa? ¡Ya sé!
Recuerdo que Blanck me dijo que su elemento era la Tierra, podría intentar
algo. Pero... está en la otra punta.
-Dejámelo a mí.
Eleone se volvió a
llevar la mano al Corazón e intentó recordar aquel hechizo que aprendió en la
biblioteca que le permitía hablar con otros Corazones.
-Bastet.
-¡¿Princesa?!
-¿La princesa, dónde?
-No lo sé, la he oído.
-Bastet, escúchame.
-¡Princesa! ¿Qué...?
-No es momento para
explicaciones. He sentido un ser muy poderoso dentro de la esfera de Sincorazón,
creo que es quien los controla. Dile a Blanck que necesitamos sus poderes sobre
la tierra para que les detenga cuando rompamos su unión.
-Blanck, dice la
princesa...
-Lo he oído todo.
-¿Tú también?
-Tengo un buen oído.
-¿Todo bien,
entonces?
-Sí, déjalo
en mi mano.
La conexión se rompió.
-¿Qué planeas hacer,
Blanck?
-Mi mejor baza. ¿Me
prestarías un poco de tu poder?
-Cla-claro, ¿qué
hago?
-Dame tu mano.
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-Ahí llega, Kuroi.
-Échate atrás. ¡YAAAAA!
Kuroi salió corriendo
contra la enorme esfera segundos antes del impacto y cuando chocó contra ella el
poderoso escudo hizo a la enorme esfera de Sincorazón botar ligeramente de la
inercia. Su choque contra el suelo hizo temblar la tierra e hizo perder el
equilibrio a Keiro aunque rápidamente lo recuperó y pudo ver como aunque Kuroi
seguía intacto, iba perdiendo terreno derrapando contra el suelo, la fuerza que
ejercía aquella esfera era potente.
-¡Kuroi, ¿puedes?!
-Sí... un poco más.
¡Keiro, ¿ves justo la perspectiva a la que gira la esfera?
-¿Qué perspectiva?
¡Las mates nunca fueron lo mío!
-Vale, lo haremos de
otra manera. ¡Golpea justo a dos metros por encima de mi escudo!
-¡Ahora sí hablas mi
idioma!
Keiro dio un salto
hacia atrás lo suficiente lejos para darle tiempo a invocar su Llave espada y
transformarla en sus grebas y guanteletes y se arrodilló.
-Es hora de probar
una nueva técnica.
Keiro esta vez empezó
a reunir energía en torno a brazos y piernas, y cuando alcanzaron el límite y
vio que la esfera estaba lo suficiente cerca se impulsó a gran potencia como un
cohete y levantando el puño derecho golpeó justo en el lugar que Kuroi le dijo.
-¡Vendetta final!
La fuerza no solo fue
suficiente para detenerlos, si no que las vibraciones fueron llegando de
Sincorazón a Sincorazón hasta el centro del núcleo despertando a quien había
dentro.
-¡¿QUIÉN ES EL IMBÉCIL
QUE OSA DESPERTARME DE MI SIESTA?!
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