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Tan pronto como el
grito ensordeció a todos los Elegidos, la gran esfera que se había detenido
empezó a vibrar como si tuviera vida propia y empezó a deformarse como si a un
trozo de plastelina le golpearas repetidas veces. La forma empezó a elevarse
hasta convertirse en un gigante hecho de Sincorazón salvo que le faltaba la
cabeza, aunque tenía dos enormes pilares en formas de pierna y otros dos que caían
del torso en forma de brazos.
-¡La leche!
-¡Kuroi, no es
momento para distraerse!
-¡VOSOTROS, PEQUEÑOS
MOCOSOS, OS ARREPENTIRÉIS DE HABERME DESPERTADO!
-¡Blanck!
-Lo sé y... lo siento.
-¿Lo sientes por…?
Pero antes de que
Bastet pudiera terminar su comentario Blanck le había absorbido todas sus energías
y clavando su Llave espada en el suelo dos enormes masas de piedras, rocas y
tierra rodearon las piernas del enorme constructo de Sincorazón impidiendo que
se moviera.
-¡MALDITOS BASTARDOS!
La criatura se giró
hacia Blanck que ahora sostenía a Bastet con uno de sus brazos y miraba
desafiante a la oscura construcción que alzó uno de sus pilares superiores y lo
dejó caer con todas sus fuerzas sobre Blanck, aunque esté reaccionó a tiempo
para esquivar el impacto, aunque la onda de choque golpeó a Blanck dejándolo medio
aturdido a un lado.
-¡Mierda, Bastet!
-¡Keiro, tenemos que
tirarle abajo!
-Está ahí… donde
debería estar el Corazón.
-¿Quién?
-El que se está
riendo de nosotros. Necesito poder…
-¿Keiro, qué te pasa?
Una nube de oscuridad
empezó a rodear a Keiro que se le veía furioso y empezó a reunir fuerzas.
-¡Será la última vez
que ataques a Bastet, cabronazo!
Keiro salió disparado
de nuevo como un cohete, pero esta vez mientras una poderosa cantidad de energía
oscura le rodeaba y chocó con gran fuerza contra el pecho de la enorme criatura
haciéndola añicos, sin embargo falló el golpe, puesto que lo que quisiera que
estaba ahí dentro esquivó por los pelos el ataque.
La criatura se
desmoronó y empezaron a llover una gran cantidad de Sincorazón del cielo, en
especial en su lado izquierdo, hacia donde Keiro había apuntado y donde Eleone
y Zero estaban.
-¡Princesa a
cubierto!
-¡No!
Eleone,
valerosamente, se interpuso entre su guardián y la lluvia de Sincorazón, y una
enorme y poderosa columna de Luz surgió de su cuerpo pulverizando una gran
cantidad de Sincorazón mientras el resto del cuerpo se deshacía y un enorme ejército
de Sombras protegía a un extraño hombre de pelo blanco y ojos dorados que
estaba en el centro.
-Malditos…
-¡Keiro!
-Son demasiados…
Keiro cayó al suelo
debido a la altura aunque la Oscuridad que había reunido no parecía haberle
hecho efecto, ¿quizá la columna de Luz que había invocado la princesa tenía lgo
que ver!
Blanck mientras tanto
luchaba contra los Sincorazón aún sostenía a Bastet con un brazo hasta que no
le quedó más opción que emplear el resto de energía que le había robado a
Bastet para crear una esfera de tierras y roca que les protegió a los dos.
-Eso no será
suficiente.
El extraño hombre
empezó a desviar varias grandes cantidades de Sincorazón a su brazo derecho y
alargándolo como si fuera una espada volvió a atacar barriendo el suelo con la
intención de arrasar con Blanck y Bastet.
-¡BLANCK!
Blanck reaccionó e
invocando su armadura, interpuso su Llave espada en el recorrido de la enorme
espada oscura que al chocar contra la esfera protectora la destrozo, aunque
redujo bastante la potencia y Blanck consiguió detener el golpe aunque
retrocediendo a una gran velocidad. Kuroi se lanzó corriendo hacia delante y
dejó caer el escudo con fuerza contra el suelo dejándolo encajado y ralentizó
bastante la carga del enorme constructo, permitiendo a Blanck que recuperara el
equilibrio.
-Princesa, quédate
aquí, voy a ayudar a esos idiotas.
-Zero…
El joven guardián
salió corriendo e invocando su armadura y sus dos llaves espadas se lanzó con
fuerza terminando de detener con su impacto la enorme espada de Oscuridad,
aunque la potencia que la enorme criatura aún ejercía conseguía mantener totalmente
concentrados a los tres Elegidos.
Eleone entonces se
fijó en el hombre que hacía una gran fuerza mental para seguir controlando la
espada y aprovechó su distracción para lanzarse hacia él.
-¡Princesa no!
Ese grito alertó al hombre que dejó libre su mano izquierda y creando un agujero negro en su palma absorbió a Eleone hacia sí.
-¡No!
-¡Princesa!
Por suerte, Keiro
llegó a tiempo para detener el golpe del oscuro hombre y cogió a la princesa en
el vuelo volviendo a dejarla en el suelo. Mismo momento que los otros Elegidos
aprovecharon para hacer retroceder la enorme espada de Sombras que se deshizo a
la vez y todas las Sombras empezaron a atacarlos.
-¡No, chicos!
-Maldito, detenles.
-Obligadme.
¡PUM! De repente una
poderosa explosión ocurrió cerca de los Sincorazón desintegrándoles, y una
segunda explosión obligó al hombre a esquivarla mirando al cielo por donde
parecían acercarse extrañas naves voladoras.
-¿Qué es eso?
Los cañonazos que
parecían provenir de aquellas naves se repitieron y el hombre oscuro no le quedó
más remedio que obligar al resto de su ejército a desaparecer y abriendo un
portal de Oscuridad él también desapareció. Los Elegidos se reunieron de nuevo
todos juntos y quedaron maravillados mientras veían como aquellas naves se
acercaban y aterrizaban.
-¿Serán enemigos?
-Yo diría que no, no se han pensado dos veces en atacar a nuestro enemigo.
-Yo diría que no, no se han pensado dos veces en atacar a nuestro enemigo.
-¿Y qué son esos…
barcos?
Las puertas de la
nave se abrieron inmediatos segundos después y de él salieron tres figuras, dos
altas y varoniles y una no menos baja que las dos anteriores, aunque más
delgada y esbelta, era obviamente una mujer que parecía comandar a los otros
dos y que fue la que se acercó primero y entabló conversación.
-Vaya, vaya, vaya… Más
Elegidos, y yo que pensaba que era la única de este Mundo.
-¿La única?, ¿tú
también eres una?
-Eso he dicho.
-Dinos quién eres.
-Oh, no, no. Estáis
en mi territorio, yo hago las preguntas.
-¿Tu territorio? Está
un poco… dejado…
-Menos bromitas,
cachorrillo.
-¡¿Cómo que cachorrillo?!
-Zero, cálmate, déjame
hablar a mí con ella.
-Vale…
-Perdónale, es un
poco instintivo.
-Ya se parece en algo
a mí.
-Mi nombre es Eleone,
soy princesa del Mundo de Eclissis y hemos venido viajando desde allí buscando
ayuda para luchar contra la Oscuridad que asola el Reino de la luz.
-¿Una princesa de otro Mundo,
dices? Vaya… ¿y cómo habéis llegado? Aunque no erperes que te haga una reverencia, aquí solo eres una visitante.
-Tranquila, lo sé, pero no puedo decírtelo, es un secreto
como comprenderás. Nosotros también queremos información.
-Me parece justo.
Pero…
La joven miró a sus
dos guardianes que se dieron la vuelta y se adentraron de nuevo en la nave.
-Este lugar es
peligroso y está demasiado expuesto, ¿qué os parece si hablamos en mi casa?
-Claro.
-¡Ey, ey, ey!
Princesa, no podemos confiar en ella, no sabemos a donde nos lleva.
-Oh, vamos, Zero. Nos
ha salvado, se merece nuestra confianza.
-Y yo mantendré mis
sentidos en alerta por si acaso.
-Bueeeno…
Todos montaron en la
nave, aunque Keiro le pidió antes amablemente a Blanck que le dejara ser él
quien llevara a la inconsciente Bastet, segundos después las naves despegaron
rumbo hacia el sur.
-Por cierto, me llamo Eryn.
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Mientras, en Ciudad
Eclissis, Jaleel se encontraba admirando desde la torre más alta del castillo
la ciudad, esperando que aquellos extraños hombres de negro volvieran.
-Ellos deben saber
que la princesa ha marchado. Y algo me dice que van a volver, debo estar
alerta.
Y sus predicciones
fueron totalmente ciertas, cuando sintió una poderosa y oscura presencia en uno
de los edificios de la ciudad, totalmente expuesto y esperando servir de
reclamo.
Jaleel no tardó en dejarse caer desde la torre y transformando su Llave espada en Llave deslizador, que tenía la forma de una especie de jet pack que se le acoplaba en la espalda, salió volando hacia el edificio al que no tardó nada en llega encontrándose de nuevo con aquel joven señor de la Oscuridad con el cual ya se había encontrado.
-Tú otra vez. ¿Por qué…?
-¿Por qué he vuelto?
Deberías de saberlo, imagínate porqué solo has venido tú.
-Me quieres a mí. No
voy a unirme a vosotros.
-Jajajaja, ¿unirte a
nosotros? No seas ridículo.
-…
-Eres una amenaza,
sabes mucho de la Oscuridad, pero tu poder es demasiado primitivo. Preferimos
al otro.
-Keiro…
-Ese mismo.
Jaleel invocó su
Llave espada preparado para lo que estaba por venir.
-¿En serio?, ¿por qué
no aceptas tu muerte simplemente?
-Porque no me gusta
hacer las cosas fáciles. Además, tengo intención de ganar.
Jaleel se deshizo de
su capa y de su camiseta y se pudo ver un tatuaje extraño que posaba en su
pectoral izquierdo, justo donde se supone que debía estar el Corazón.
-¿Qué es eso?
-Ahora mismo lo sabrás.
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