Capítulo 14: La venganza

Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=7Yt4CfgtcIY&feature=related

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El convoy de barcos voladores se acercó a una ciudad totalmente protegida por una barrera mágica que se abrió por una pequeña compuerta para que pudieran entrar, una vez dentro aterrizaron en una pista y ya todos pudieron salir de la nave. Por dentro, la ciudad parecía un poco precaria en ambiente, pero tenía enormes y altos edificios bien construidos con piedra e incluso algunos con cristaleras.

-Vaya, eso de la barrera ha sido la caña.

-Este Mundo era bien conocido por sus hechiceros, las barreras mágicas son una de sus especialidades.

-Pero los Sincorazón se transportan a través de portales de Oscuridad, podrían entrar aquí igualmente.

-No. De hecho esas barreras evitan que puedan usar portales de Oscuridad para entrar aquí dentro.

-¿En serio? Si pudiéramos crear una de esas en Eclissis…

-Lo siento, pero es nuestro secreto mejor guardado.

-Lo entiendo…

-¡Pero princesa! Oye, debería ser un bien común.

-Zero…

-No es tan fácil, a cualquier a quien se le enseñe a usar estas barreras, también sabrá desactivarlas, si cayera en malas manos…

-Claro, lo entendemos. ¿Verdad, Zero?

-Ok, princesa.

-Eres un cachorrillo faldero…

-¡Oye tú, ¿cómo te atreves?!

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-¿Crees que vas a asustarme con un simple tatuaje?

-No es un simple tatuaje. Es la razón de mi extraña capacidad para usar la Oscuridad.

-…

-¿Tienes miedo?

-No sé en qué podría cambiar la batalla eso. Sabes de sobra la diferencia de nivel entre tú y yo.

-Y por eso desbloquearé mi potencial oculto.

Jaleel puso su mano derecha sobre su pecho y el tatuaje empezó a brillar con fuerza, extendiéndose hasta los hombros y la tripa.

-Es la primera vez que lo uso, siéntete orgulloso.

-No durarás ni dos segundos.

Ambos contrincantes se lanzaron el uno contra el otro para golpearse, Llave espada y brazos chocaron en una tremenda onda de energía aunque los brazos del señor de la Oscuridad se resintieron ante ese golpe y dio un salto hacia atrás para recuperarse.

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-¿Te molesta la sinceridad? Pues tápate las orejas, es normal que la gente diga lo que ve, no somos ciegos.

-¡No soy un cachorrillo faldero, juré lealtad para proteger a la princesa!

-¿Y también para hacer todo lo que te diga sin pensar por ti mismo?

-Eh… Esto… no, pero… se llama respeto, eso… sí… respeto.

-¡Ja!

-¡Oye!

-¡Basta ya!

-Pero princesa…

-Eres incorregible, pero si es la vida que escoges…

-¡No tienes ni idea de cómo es mi vida!

-Por mí como si te la comes…

-¡Parad los dos!

-Lo siento, princesita, pero no recibo órdenes de nadie.

-¡No te dirijas así a la princesa!

-¡Parad los dos ya, coño!

-Ok.

-Perdón.

-Así me gusta Bastet, que pongas orden.

-Tanta tontería, jolín. Estamos aquí por una misión más importante que ponerse a discutir como niños.

-Cierto… Decidme, ¿qué hacéis en Paraíso de los hechiceros?

-¿Así se llama el Mundo?

-Sí. Como os he dicho, este lugar era bien conocido por sus hechiceros, antes tenía otro nombre, pero ya nadie se acuerda.

-Hablas en pasado.

-Sí, bueno… los hechiceros desaparecieron, solo queda uno, mi Maestro.

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-¿Qué demonios?

-Tuve que suprimir parte de mi Corazón para equilibrar Luz con Oscuridad, y ahora toda esa energía sellada está siendo liberada por momentos. Una energía que llevo reservando tres años.

-Jum. Algo me dice que eso no es bueno…

-Soy un Elegido de la Llave espada, mi deber es luchar por la Luz, no importa cuál sea el precio.

-Qué bonito, me vas a hacer llorar.

-Vosotros no lloráis, no tenéis Corazón.

-¿No ves? Por eso tengo que eliminarte, sabes demasiado. Yo también tendré que ponerme en serio.

El joven oscuro invocó dos protuberancias de pura Oscuridad que tomaban la forma de dos dagas cortas que salían directamente de sus manos y se volvió a lanzar al ataque, evitando ahora que los golpes que detenía de Jaleel le hicieran daño. Jaleel no tuvo más opción que desbloquear aún más el sello, desbloqueando más energía y ampliando aún más el tatuaje.

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-¿Tú también tienes un Maestro?

-Sí, ¿por qué tanta sorpresa?

-Solo yo y Keiro tuvimos uno de entre todos nosotros, me parecía raro, pero parece que hay más Maestros.

-Bueno, pero mi Maestro no es capaz de blandir una Llave espada.

-¿Ah, no?

-No, solo es un hechicero muy sabio y poderoso, pero sin Llave espada.

-¿Y aún así sabe mucho de la Llave espada?

-Todo lo que sé, me lo enseñó él.

-Oh, entonces…

-Entonces, ¿qué?

-Pues que te sorprendiste mucho al saber cómo llegamos a este Mundo, lo que significa que no sabe tanto.

-¿A qué te refieres?

-Eso no importa ahora. Eryn, dinos, ¿qué era esa cosa que nos atacó en el desierto?, ¿podemos ayudaros a derrotarle?

-¿A Ganímedes? Lo dudo, es muy poderoso, aunque…

-¿Aunque?

-A sus hermanos quizás sí podríamos.

-¿A sus hermanos?

-Ganímedes es el segundo más mayor de cuatro hermanos. Eran hechiceros poderosos, pero se dejaron seducir por la Oscuridad. Cuando los Sincorazón nos atacaron, los hermanos utilizaron a los Sincorazón para sus propios medios, acabaron siendo corrompidos y fueron los causantes de nuestra mayor derrota. Desde entonces básicamente ellos controlan el Mundo, incluso protegen su Corazón bajo la torre en la que viven.

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-Veo como tu vida pende de un hilo.

-¡Si tú mueres, habrá valido la pena!

Jaleel se lanzó al ataque mucho más veloz ahora, invocaba clones ilusorios para distraer al joven que ahora a penas podía esquivar o detener todos los ataques de Jaleel golpeándole con furia. No le quedó más opción que volver a retroceder para recuperar fuerzas.

-No sonrías porque pienses que un poco de chute mágico va a ayudarte.

-No sonrío por eso. Pero tú no lo entenderías.

-¡No juegues conmigo!

Una gran oscuridad emergió del interior del Señor de la Oscuridad que ahora recuperó el ritmo de la batalla, eliminando con facilidad los clones de Jaleel y haciendo retroceder al joven Elegido. Fue entonces cuando Jaleel se vio afectado por los primeros efectos negativos del uso del tatuaje y se distrajo un momento. Iba a ser presa de un poderoso golpe si no fuese porque el ataque le atravesó y una extraña figura semi transparente y encapuchada apareció a sus espaldas.

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-¿Lo protegen?

-Ellos no son Sincorazón, así que no tienen la necesidad de destruir el Mundo.

-Así lo pueden reinar a gusto.

-Deben ser muy poderosos si pueden controlar a los Sincorazón al punto de evitar que consuman el Corazón.

-Ganímedes es el más poderoso, ya habéis visto lo que es capaz de hacer. Los otros tres son más débiles, pero actúan juntos. Se llaman Antías, Cadmio e Ignus.

-Tú conoces bien su poder, ¿crees que entre los siete podríamos derrotarles?

-¡Sí! Antes era la única Elegida y atacar la torre en los Barcos voladores era una locura, pero con vosotros hay posibilidades, ¿lo haríais?

-Por supuesto.

-Princesa, ¿y no podríamos pedir a cambio las barreras como recompensa?

-No puedo daros eso a cambio.

-Y no lo queremos, Zero.

-Pero…

-Es su secreto, no el nuestro. Vinimos para ayudar al resto de los Mundos y eso vamos a hacer, somos nosotros lo que no esperamos nada a cambio.

-Deberíais conocer a mi Maestro, quizá podría enseñarnos algo sobre los hermanos.

-Conozcámosle.

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-¿Eh?
-¿Otro espíritu? Bueno, no va a ser suficiente para salvarte. Supongo que no me queda más opción que volatilizarte de un solo ataque.

-¿Quién eres?

-Mi nombre es Espectro. Soy el guardián de la Muerte y la Ilusión, con los cuales tú eres competente. Pero la Muerte no es una buena opción para tu propio bien.

-Esto no es nada, puedo seguir el ritmo un poco más.

-Déjame que te preste mis fuerzas.

-Claro, pero no estorbes.

La Oscuridad creció en el joven que ahora empezó a ganarle terreno a Jaleel, aunque la mayoría de los golpes que recibía eran desviados por Espectro y el resto que le dañaban eran rápidamente regenerados gracias al poder del tatuaje, la batalla no parecía tener fin hasta que el Señor de la Oscuridad pareció enfadarse de verdad.

-¡No creas que podrás regenerar esto!

-Pruébame.

-¡Ningún ser vivo ha sobrevivido a mi Fulgor Oscuro en su máxima potencia, destruiré toda la zona!

-Eso no puedo permitírtelo. Espectro, ¿alguna idea?

-Intenta que concentre todo el ataque en ti.

-Ya veo, un noble sacrificio…

-No será en vano.

-Más nos vale.

El joven oscuro volvió a utilizar el ataque que usó una vez para intentar volatilizar a Zero, salvo que esta vez la gran concentración de energía oscura incluso parecía robar toda la Luz que había en Eclissis.

-¡FULGOR OSCURO!

El disparo fue certero y concentrado, lo suficiente para minimizar el daño colateral, la gran onda de Oscuridad engulló a Jaleel por completo y a penas rozó una de las más altas torres del Castillo que no dejó siquiera escombros.

-¡JAJAJAJA! ¡MUAJAJAJA! ¡IMBÉCIL, ¿CREÍAS QUE PODRÍAS SOBREVIVIR A ESO?! Ahora la ciudad está a mi merced. Uff… creo que me he quedado sin fuerzas…

-Eso es bueno saberlo.

-¡¿Cómo?!

Cuando la onda de Oscuridad desapareció, Jaleel parecía estar totalmente entero, las extrañas capacidades de Espectro le permitieron reducir gran cantidad del daño y el resto había sido regenerado por el tatuaje que ahora engullía todo el cuerpo de Jaleel, en su mayor potencial.

-N-no es posible.

-Todo es posible.

-No me quedan muchas fuerzas, joven guerrero. Deberás golpearle con todo lo que te queda, si escapa, esta batalla habrá sido en vano.

-No puedo permitir eso entonces.

El gran tatuaje brilló al máximo y una poderosa aura más negra que la noche envolvió a Jaleel. Por su parte, Espectro se volatilizó introduciéndose dentro de la Llave espada que tomó una forma más oscura y siniestra, siendo rodeada a su vez por un aura de poder.

-Recuerda, un solo golpe.

-Lo entiendo perfectamente. Me dejaré la vida en él.

El aura estalló en llamas de Oscuridad y la Llave espada se extendió con una negra energía que incluso atemorizó al Señor de la Oscuridad. Fue entonces cuando Jaleel saltó sobre él y le golpeó con todas sus fuerzas, creando una gran explosión cuando liberó ambas auras a la vez, mezcla de Oscuridad, Muerte e Ilusión. Para cuando la explosión se evaporó, Jaleel calló de rodillas y el joven arrogante se estaba desintegrando.

-No… no puede ser.

-Parece que he gana…

Pero Jaleel no pudo terminar su frase, el tatuaje se concentró hasta ser del tamaño de un dedo en el centro de su pectoral izquierdo y calló redondo sin energías sobre el suelo del tejado mientras el ser oscuro desaparecía entre lamentaciones y gritos.

-¡NOOOOOOOOOO!

Rápidamente llegaron a la zona Alexander y Claudia, que habían visto empezar la batalla desde lejos.

-¡Jaleel, Jaleel! ¿Qué le ocurre, Alexander? A penas respira

-Maldita sea, Jaleel…

-¡Cura! No… no funciona. ¡Cura! ¡CURA! No…

-Jaleel…

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-Ay…

-¿Ocurre algo, Zero?

-No, yo… me pareció sentir algo, ha debido de ser mi imaginación.

-Ya estamos llegando.

Eryn subió a lo alto de la torre y abrió un enorme portón a un gran estudio lleno de librerías y extraños artilugios mezcla de magia y tecnología, en el centro de la estancia había un escrito donde estaba sentado un hombre entrado ya en edad aunque muy bien conservado, tenía larga melena blanca aunque un cuerpo ligeramente frágil.

-Maestro, he traído a unos Elegidos de otro Mundo.

-Hola Eryn. Hola Elegidos. ¿Así que venís de otro Mundo?

-Sí, de Eclissis.

-¿De Eclissis dices?

-¡¿Lo conoces, Maestro?!

-Pues ahora que lo dices, sí. Sí que lo conozco. Y a ti también te conozco, princesa Eleone.