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El movimiento en el
castillo era mayor de lo normal, toda la sala de conferencias se había llenado
con guerreros, hechiceros y elegidos repartidos por toda Eclissis llamados por
el rey que ahora necesitaba su ayuda. Eleone y Claudia observaban escondidas la
reunión desde lo alto del palco, Bastet, perdida sin Keiro, se encontraba
buscando con la mirada desde uno de los laterales y Alexander junto al rey presidía
la reunión.
-Protectores de
Ciudad Eclissis provenientes de todas partes del reino, os hemos llamado puesto
que ha ocurrido una inoportunidad y el Corazón de nuestro Mundo se encuentra
vulnerable al ataque de los Sincorazón.
Un pequeño murmullo
surgió en la enorme sala mientras a la princesa Eleone le daba un pinchazo en
el pecho.
-Esta noche, el sello
que lo protegía se desvaneció y enviamos a nuestros mejores guerreros para que
lo protegieran, sin embargo es una batalla eterna que no nos podemos permitir
en estos momentos. El rey ha ofrecido todos los recursos de información de los
que dispone para que encontremos una manera de volver a sellar el Corazón del
Mundo antes de que sea demasiado tarde. Aquellos que tengan algo de información
que dar serán escuchados, los que quieran prestar sus servicios buscando en la
colosal biblioteca del castillo son libres de entrar entre sus paredes...
A Eleone entonces se
le ocurrió esa genial idea, ¿cómo no se le había ocurrido antes?
-¡Vamos, Claudia!
-¿A dónde?
-A la biblioteca, ¿cómo
no se me había ocurrido antes? Seguro que hay algún libro que pueda ayudarnos.
-Pero Eleone, la
biblioteca es enorme, podríamos tardar horas en encontrar algo.
-¿Prefieres quedarte
de brazos cruzados?
-Yo... No.
-Vamos, entonces.
Las princesas se
desvanecieron en pleno discurso del general Alexander e igual que nadie se había
percatado de su presencia, nadie se percató de su desaparición. O mejor dicho,
casi nadie, puesto que Bastet, que andaba buscando cualquier indicio de Keiro
pudo observar la pequeña escapada de las princesas y se le ocurrió la idea de
seguirlas.
Las dos princesas
cruzaron las puertas de la biblioteca las primeras para quedarse asombradas al
revivir el inmenso tamaño de aquel santuario del conocimiento, Bastet entró
segundos después quedando aún más impresionada que las hermanas.
-¡Guau!
-¡¿Quién eres tú?!
-Oh, perdonad por
haberos asustado. Soy Bastet, una elegida, os vi salir corriendo de la reunión
y pensé que estabais tramando algo, aunque ahora veo que solo queríais
adelantaros a los demás para buscar en la biblioteca. Y vosotras, ¿quienes
sois?
Las hermanas se
miraron incrédulas, no solían tenerse muy creída su fama pero normalmente eran
conocidas.
-Soy la princesa
Eleone, y ella es mi hermana Claudia.
-¡¿Princesas?!
Perdonad mi descaro, no pretendía ser maleducada.
-No te preocupes, es
que no estamos acostumbradas a que alguien no nos conozca.
-Bueno... eso es porque...
no soy de este Mundo.
-¡¿Cómo?!
-Bueno, ya sabes. Que
vine de otro Mundo. No debería haber dicho eso, ¿verdad?
-¿Quieres decir que
no eres de Eclissis?
-No, no lo soy, es por eso que no tenía ni idea de quienes erais.
-No, no lo soy, es por eso que no tenía ni idea de quienes erais.
-Vaya... de otro
Mundo, pensé que Eclissis era el último Mundo en pie.
La princesa se quedó
extrañada, en todo aquel tiempo se había creído su sueño.
-Bueno, si es así, no
lo sé. Pero mi Mundo cayó en manos de los Sincorazón, conseguimos escapar por
los pelos.
-¿Conseguisteis?
-Bueno, no vine sola.
Pero eso da igual ahora, tenemos que encontrar esa información, ¿no? No llevo
mucho tiempo aquí, pero no quiero que le pase a este Mundo lo mismo que le pasó
al mío. No se lo deseo a nadie.
Las princesas se
miraron cómplices y afirmaron las dos con la cabeza, necesitaban cualquier
ayuda.
-Cuantas más seamos,
mejor.
-¿Y por dónde
empezamos?
-No sé muy bien cómo
está repartida la biblioteca.
-Primero deberíamos
buscar entonces temas y luego ya a leer como locas.
-Me parece bien.
Y así las tres empezaron a investigar la enorme biblioteca con celeridad.
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Los últimos
fragmentos de hielo que rodeaban a los enorme Sincorazón se desplomaron devolviéndoles
la capacidad motora y siguieron su camino hacia las ruinas, el Corazón del Mundo
era una terrible llamada que no podían ignorar, solo debían deshacerse de
aquellos Elegidos que se interponían.
-¿Uno para cada uno?
-Acepto el reto.
-Esto no es un reto,
es algo serio.
-¿Prefieres que nos
encarguemos de solo uno y los demás pasen?
-¡Callaros ya y
atacad!
Keiro no se lo pensó
dos veces y tras gritar aquello se lanzó contra uno de los Lados oscuros golpeándole
con fiereza e incluso consiguiendo que retrocediera un poco. Jaleel y Zero se
quedaron atónitos ante tal alarde de fuerza pero no tardaron en seguir su
ejemplo y cada uno se lanzó a por los otros dos gigantes. Jaleel lo confundió
con un clon ilusorio para golpearle cuando bajara la guardia y Zero prefirió
combinar una ráfaga de golpes maximizando el daño.
Los colosales
Sincorazón no se quedaron quietos esperando la paliza y contra atacaron los
tres con la misma táctica, golpeando con todas sus fuerzas el suelo, invocando
una poderosa onda de oscuridad que amenazó con engullir todo lo que había en el
claro. A los tres Elegidos no les quedó más opción que retirarse para detener
el ataque que pudo haber aniquilado al indefenso Vali.
-¿Alguna idea de como
destruir esta Oscuridad?
-Déjamelo a mí.
Y permitiendo que la
Oscuridad rodease su cuerpo, Jaleel empezó a funcionar a modo de aspiradora,
absorbiendo toda aquella Oscuridad en su cuerpo, aunque la sobrecarga le
paralizó.
-¿Pero qué...?
-Esto me dejará paralizado un rato, ¡contraatacad!
-Esto me dejará paralizado un rato, ¡contraatacad!
Zero hizo caso a su
compañero de batallas e invocando su segunda Llave espada lanzó dos rayos de
energía por ellas, cada uno dirigido a un Lado oscuro diferente mientras Keiro
transformaba su Llave espada en unos guanteletes y grebas que rodearon sus
brazos y piernas y empezó a golpear múltiples veces de nuevo al Lado oscuro que
se había adjudicado.
-Esto no es
suficiente.
-Estos bichos son
duros.
Los gigantes oscuros
ahora cambiaron de estrategia, convocaron una gran concentración de oscuridad
en el agujero que había en su pecho donde debería estar su Corazón y lanzaron
una potente ráfaga de proyectiles que atacaron a los Elegidos por todas partes.
Los golpes fueron
certeros y poderosos, Zero acabó arrodillado sujetándose con ambas Llaves espada
y Keiro aturdido y amenazando con caerse al suelo, por su lado Jaleel había
conseguido absorbe de nuevo el ataque, aunque ahora sus ojos se habían vuelto
dorados y un aura de oscuridad le rodeaba.
-Pensé que tu
oscuridad estaba controlada. Idiota...
-¿Prefieres que
acabase como vosotros? Pero tranquilo, cuando pueda moverme pienso devolvérselo
todo.
-Nos están
vapuleando, dejad las charlas para luego.
Keiro consiguió
recuperar el equilibrio y decidió darle una paliza al Lado oscuro que había
escogido de enemigo como venganza, cargó grandes cantidades de energía en sus
nuevas armas y comenzó a golpear con una lluvia de golpes al gigante oscuro que
se veía retroceder con cada acometida. Finalmente cargó una gran ola de energía
en sus brazos y golpeó al Sincorazón liberando una explosión.
-¡Siente mi poder!
El enorme Lado oscuro
sintió su cuerpo caer con fuerza contra el suelo mientras los otros dos
Elegidos flipaban por tal alarde de fuerza bruta. Pero Zero no se dejó
intimidar y mucho menos se dejó hacerse pensar que era más débil que el recién
llegado. Se lanzó al ataque con ambas Llaves espada y empezó a darle una paliza
de cortes, golpes y apuñaladas que terminaron en un poderoso corte cruzado en
forma de X que dejó la marca cicatrizada en el cuerpo del Sincorazón haciéndole
retroceder varios metros mientras derrapaba por el suelo.
-¡Toma esa!
El tercer monstruo
intentó seguir su camino hacia las ruinas pero Jaleel consiguió recuperar el
control de su cuerpo a tiempo y con un poderoso corte liberó toda la Oscuridad
que envolvía su cuerpo cortando uno de los brazos del Sincorazón y varios árboles
que había detrás de él.
-¡Piérdete!
Jaleel recuperó su
color de ojos y perdió el aura volviendo a ser el mismo.
-Es hora de que
terminemos esto, me están empezando a cansar.
-Estoy de acuerdo.
Los tres se lanzaron
a la vez contra cada Sincorazón escogido liberando su ataque final. Zero dejó
levitando sus dos Llaves espada en frente de él y empezaron a girar la una en
torno a la otra creando una poderosa onda vital de pura energía que atravesó
medio cuerpo del Lado oscuro, luego las Llaves espada empezaron a girar como un
remolino en torno a Zero y atravesó al Sincorazón que se deshizo en polvo.
-¡Esa es mi
especialidad!
Keiro por su parte
recuperó la forma normal de su Llave espada y con un rápido movimiento atravesó
al Lado oscuro y aunque a simple vista no pasó nada, tras unos segundos el Lado
oscuro acabó arrodillándose y desapareciendo mientras un poderoso corte le partía
por la mitad.
-Venganza.
A la vez, Jaleel
invocó una gran cantidad de clones que empezaron a atacar al gigante oscuro por
todas partes sin saber a penas por donde le venían los golpes, cuando
terminaron saltaron todos a la vez y cayeron sobre el Sincorazón creando una
poderosa onda expansiva que le desintegró en meros instantes.
-Desaparece...
Los tres volvieron a
rodear a Vali que aún seguía inconsciente bastante satisfechos de su pelea.
-No sabemos cuando
volverán a atacar.
-Yo propongo entrar a
las ruinas.
-¿En serio?
-Creo que ahí dentro está la clave de todo.
-Creo que ahí dentro está la clave de todo.
-Pero no podemos
dejar aquí a Vali solo.
-Dejádmelo a mí.
Y Keiro agarró al
muchacho sin brazo y se lo subió a un hombro con toda facilidad.
-¿Por dónde entramos?
-Habrá que abrir una
puerta.
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Mientras tanto, en la
biblioteca.
-¡Aquí, lo encontré!
Eleone yacía en
frente de una gran estantería de libros en la zona más profunda de la
biblioteca, rápidamente llegaron Claudia y Bastet sorprendidas por la extraña
forma de la librería.
-¿Qué es?
-No lo sé, pero algo
me dice que es aquí.
-¿Cómo?
-No sé cómo, simplemente sé que es aquí.
-No sé cómo, simplemente sé que es aquí.
-Pues empecemos, ya
oigo entrar a gente en la biblioteca, y Padre no querrá que volvamos a
inmiscuirnos.
-Vamos contrarreloj,
empecemos.
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