viernes, 4 de mayo de 2012

Capítulo 8: La decisión


Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:


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El movimiento en el castillo era mayor de lo normal, toda la sala de conferencias se había llenado con guerreros, hechiceros y elegidos repartidos por toda Eclissis llamados por el rey que ahora necesitaba su ayuda. Eleone y Claudia observaban escondidas la reunión desde lo alto del palco, Bastet, perdida sin Keiro, se encontraba buscando con la mirada desde uno de los laterales y Alexander junto al rey presidía la reunión.

-Protectores de Ciudad Eclissis provenientes de todas partes del reino, os hemos llamado puesto que ha ocurrido una inoportunidad y el Corazón de nuestro Mundo se encuentra vulnerable al ataque de los Sincorazón.

Un pequeño murmullo surgió en la enorme sala mientras a la princesa Eleone le daba un pinchazo en el pecho.

-Esta noche, el sello que lo protegía se desvaneció y enviamos a nuestros mejores guerreros para que lo protegieran, sin embargo es una batalla eterna que no nos podemos permitir en estos momentos. El rey ha ofrecido todos los recursos de información de los que dispone para que encontremos una manera de volver a sellar el Corazón del Mundo antes de que sea demasiado tarde. Aquellos que tengan algo de información que dar serán escuchados, los que quieran prestar sus servicios buscando en la colosal biblioteca del castillo son libres de entrar entre sus paredes...

A Eleone entonces se le ocurrió esa genial idea, ¿cómo no se le había ocurrido antes?

-¡Vamos, Claudia!
-¿A dónde?
-A la biblioteca, ¿cómo no se me había ocurrido antes? Seguro que hay algún libro que pueda ayudarnos.
-Pero Eleone, la biblioteca es enorme, podríamos tardar horas en encontrar algo.
-¿Prefieres quedarte de brazos cruzados?
-Yo... No.
-Vamos, entonces.

Las princesas se desvanecieron en pleno discurso del general Alexander e igual que nadie se había percatado de su presencia, nadie se percató de su desaparición. O mejor dicho, casi nadie, puesto que Bastet, que andaba buscando cualquier indicio de Keiro pudo observar la pequeña escapada de las princesas y se le ocurrió la idea de seguirlas.

Las dos princesas cruzaron las puertas de la biblioteca las primeras para quedarse asombradas al revivir el inmenso tamaño de aquel santuario del conocimiento, Bastet entró segundos después quedando aún más impresionada que las hermanas.

-¡Guau!
-¡¿Quién eres tú?!
-Oh, perdonad por haberos asustado. Soy Bastet, una elegida, os vi salir corriendo de la reunión y pensé que estabais tramando algo, aunque ahora veo que solo queríais adelantaros a los demás para buscar en la biblioteca. Y vosotras, ¿quienes sois?

Las hermanas se miraron incrédulas, no solían tenerse muy creída su fama pero normalmente eran conocidas.

-Soy la princesa Eleone, y ella es mi hermana Claudia.
-¡¿Princesas?! Perdonad mi descaro, no pretendía ser maleducada.
-No te preocupes, es que no estamos acostumbradas a que alguien no nos conozca.
-Bueno... eso es porque... no soy de este Mundo.
-¡¿Cómo?!
-Bueno, ya sabes. Que vine de otro Mundo. No debería haber dicho eso, ¿verdad?
-¿Quieres decir que no eres de Eclissis?
-No, no lo soy, es por eso que no tenía ni idea de quienes erais.
-Vaya... de otro Mundo, pensé que Eclissis era el último Mundo en pie.

La princesa se quedó extrañada, en todo aquel tiempo se había creído su sueño.

-Bueno, si es así, no lo sé. Pero mi Mundo cayó en manos de los Sincorazón, conseguimos escapar por los pelos.
-¿Conseguisteis?
-Bueno, no vine sola. Pero eso da igual ahora, tenemos que encontrar esa información, ¿no? No llevo mucho tiempo aquí, pero no quiero que le pase a este Mundo lo mismo que le pasó al mío. No se lo deseo a nadie.

Las princesas se miraron cómplices y afirmaron las dos con la cabeza, necesitaban cualquier ayuda.

-Cuantas más seamos, mejor.
-¿Y por dónde empezamos?
-No sé muy bien cómo está repartida la biblioteca.
-Primero deberíamos buscar entonces temas y luego ya a leer como locas.
-Me parece bien.

Y así las tres empezaron a investigar la enorme biblioteca con celeridad.

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Los últimos fragmentos de hielo que rodeaban a los enorme Sincorazón se desplomaron devolviéndoles la capacidad motora y siguieron su camino hacia las ruinas, el Corazón del Mundo era una terrible llamada que no podían ignorar, solo debían deshacerse de aquellos Elegidos que se interponían.

-¿Uno para cada uno?
-Acepto el reto.
-Esto no es un reto, es algo serio.
-¿Prefieres que nos encarguemos de solo uno y los demás pasen?
-¡Callaros ya y atacad!

Keiro no se lo pensó dos veces y tras gritar aquello se lanzó contra uno de los Lados oscuros golpeándole con fiereza e incluso consiguiendo que retrocediera un poco. Jaleel y Zero se quedaron atónitos ante tal alarde de fuerza pero no tardaron en seguir su ejemplo y cada uno se lanzó a por los otros dos gigantes. Jaleel lo confundió con un clon ilusorio para golpearle cuando bajara la guardia y Zero prefirió combinar una ráfaga de golpes maximizando el daño.

Los colosales Sincorazón no se quedaron quietos esperando la paliza y contra atacaron los tres con la misma táctica, golpeando con todas sus fuerzas el suelo, invocando una poderosa onda de oscuridad que amenazó con engullir todo lo que había en el claro. A los tres Elegidos no les quedó más opción que retirarse para detener el ataque que pudo haber aniquilado al indefenso Vali.

-¿Alguna idea de como destruir esta Oscuridad?
-Déjamelo a mí.

Y permitiendo que la Oscuridad rodease su cuerpo, Jaleel empezó a funcionar a modo de aspiradora, absorbiendo toda aquella Oscuridad en su cuerpo, aunque la sobrecarga le paralizó.

-¿Pero qué...?
-Esto me dejará paralizado un rato, ¡contraatacad!

Zero hizo caso a su compañero de batallas e invocando su segunda Llave espada lanzó dos rayos de energía por ellas, cada uno dirigido a un Lado oscuro diferente mientras Keiro transformaba su Llave espada en unos guanteletes y grebas que rodearon sus brazos y piernas y empezó a golpear múltiples veces de nuevo al Lado oscuro que se había adjudicado.

-Esto no es suficiente.
-Estos bichos son duros.

Los gigantes oscuros ahora cambiaron de estrategia, convocaron una gran concentración de oscuridad en el agujero que había en su pecho donde debería estar su Corazón y lanzaron una potente ráfaga de proyectiles que atacaron a los Elegidos por todas partes.

Los golpes fueron certeros y poderosos, Zero acabó arrodillado sujetándose con ambas Llaves espada y Keiro aturdido y amenazando con caerse al suelo, por su lado Jaleel había conseguido absorbe de nuevo el ataque, aunque ahora sus ojos se habían vuelto dorados y un aura de oscuridad le rodeaba.

-Pensé que tu oscuridad estaba controlada. Idiota...
-¿Prefieres que acabase como vosotros? Pero tranquilo, cuando pueda moverme pienso devolvérselo todo.
-Nos están vapuleando, dejad las charlas para luego.

Keiro consiguió recuperar el equilibrio y decidió darle una paliza al Lado oscuro que había escogido de enemigo como venganza, cargó grandes cantidades de energía en sus nuevas armas y comenzó a golpear con una lluvia de golpes al gigante oscuro que se veía retroceder con cada acometida. Finalmente cargó una gran ola de energía en sus brazos y golpeó al Sincorazón liberando una explosión.

-¡Siente mi poder!

El enorme Lado oscuro sintió su cuerpo caer con fuerza contra el suelo mientras los otros dos Elegidos flipaban por tal alarde de fuerza bruta. Pero Zero no se dejó intimidar y mucho menos se dejó hacerse pensar que era más débil que el recién llegado. Se lanzó al ataque con ambas Llaves espada y empezó a darle una paliza de cortes, golpes y apuñaladas que terminaron en un poderoso corte cruzado en forma de X que dejó la marca cicatrizada en el cuerpo del Sincorazón haciéndole retroceder varios metros mientras derrapaba por el suelo.

-¡Toma esa!

El tercer monstruo intentó seguir su camino hacia las ruinas pero Jaleel consiguió recuperar el control de su cuerpo a tiempo y con un poderoso corte liberó toda la Oscuridad que envolvía su cuerpo cortando uno de los brazos del Sincorazón y varios árboles que había detrás de él.

-¡Piérdete!

Jaleel recuperó su color de ojos y perdió el aura volviendo a ser el mismo.

-Es hora de que terminemos esto, me están empezando a cansar.
-Estoy de acuerdo.

Los tres se lanzaron a la vez contra cada Sincorazón escogido liberando su ataque final. Zero dejó levitando sus dos Llaves espada en frente de él y empezaron a girar la una en torno a la otra creando una poderosa onda vital de pura energía que atravesó medio cuerpo del Lado oscuro, luego las Llaves espada empezaron a girar como un remolino en torno a Zero y atravesó al Sincorazón que se deshizo en polvo.

-¡Esa es mi especialidad!

Keiro por su parte recuperó la forma normal de su Llave espada y con un rápido movimiento atravesó al Lado oscuro y aunque a simple vista no pasó nada, tras unos segundos el Lado oscuro acabó arrodillándose y desapareciendo mientras un poderoso corte le partía por la mitad.

-Venganza.

A la vez, Jaleel invocó una gran cantidad de clones que empezaron a atacar al gigante oscuro por todas partes sin saber a penas por donde le venían los golpes, cuando terminaron saltaron todos a la vez y cayeron sobre el Sincorazón creando una poderosa onda expansiva que le desintegró en meros instantes.

-Desaparece...

Los tres volvieron a rodear a Vali que aún seguía inconsciente bastante satisfechos de su pelea.

-No sabemos cuando volverán a atacar.
-Yo propongo entrar a las ruinas.
-¿En serio?
-Creo que ahí dentro está la clave de todo.
-Pero no podemos dejar aquí a Vali solo.
-Dejádmelo a mí.

Y Keiro agarró al muchacho sin brazo y se lo subió a un hombro con toda facilidad.

-¿Por dónde entramos?
-Habrá que abrir una puerta.

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Mientras tanto, en la biblioteca.

-¡Aquí, lo encontré!

Eleone yacía en frente de una gran estantería de libros en la zona más profunda de la biblioteca, rápidamente llegaron Claudia y Bastet sorprendidas por la extraña forma de la librería.

-¿Qué es?
-No lo sé, pero algo me dice que es aquí.
-¿Cómo?
-No sé cómo, simplemente sé que es aquí.
-Pues empecemos, ya oigo entrar a gente en la biblioteca, y Padre no querrá que volvamos a inmiscuirnos.
-Vamos contrarreloj, empecemos.

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