miércoles, 6 de junio de 2012

Capítulo 16: El plan en marcha


Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:

http://www.youtube.com/watch?v=GbGVnbKEu2M

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-Aquí es dónde los amos preparan sus juegos.
-¿Sus juegos? Esto parece más una sala de guerra.
-¡Keiro, mira!

Bastet se había quedado ensimismada mirando una especie de pizarra con un enorme mapa con varias formas redondas y muchos nombres.

-¿Qué crees que es?
-Parecen... Mundos.
-¿Mundos, quieres decir que esto es un mapa del Reino de la Luz?
-Puede ser...
-Tengo que intentar memorizarlo, podría servirnos para el futuro.
-¡Jóvenes maestros, jóvenes maestros!
-¿Qué pasa, pequeñín?
-Corred, por aquí. Seguidme.
-Espera.
-Bastet, no.

Bastet salió corriendo de nuevo detrás del pequeño sirviente de los hermanos y Keiro siguió a Bastet para evitar que cayera en una trampa, fue cuestión de tiempo de que el joven encontrara a su amiga junto al pequeño “demonio” en frente de una puerta blindada.

-Ahí dentro están los esclavos, jóvenes maestros.
-¿Y como abrimos la puerta?
-Pues como siempre, Keiro.

Bastet dio un pequeño salto hacia atrás e invocando su Llave espada un fino rayo de luz atravesó la puerta blindada abriéndola al instante.

-Ah...

Pero Bastet no tomó las medidas de seguridad necesarias, simplemente se adentró en la sala corriendo esperando poder salvar a los esclavos, Keiro la siguió al instante y la puerta volvió a cerrarse tras ellos.

-¡No! ¡Maldito enano, abre la puerta!
-¡Pequeñín, confié en ti!
-¡Lo siento, pero Ígor teme a los amos!
-¡Mierda!
-Aparta, Keiro.

Bastet volvió a repetir de nuevo la acción intenmttando abrir de nuevo la puerta con su Llave espada, pero fue en balde.

-¿Por qué?
-No hay cerradura, Bastet. ¡Ese enano cabrón nos la ha jurado!

De repente varios ruidos sonaron por toda la habitación llamando la atención de la joven pareja.

-¿Qué ha sido eso, Keiro?
-No lo sé. Pero no ha sonado bien... Es obviamente una trampa.

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-Me estoy empezando a cansar de bajar escaleras, princesa.
-Un esfuerzo más, Zero. Es raro, la torre no parecía tan alta desde fuera.
-Quizás estamos yendo bajo tierra.
-Entonces vamos por buen camino, Eryn dijo que el Corazón se encontraba bajo la torre.

Finalemente bajaron lo que parecieron las últimas escaleras y vieron lo que antiguamente parecía un enorme portón sellado mágicamente partido por la mitad.

-Eso debía ser la cerradura que sellaba el Corazón.
-Hay  algo detrás.

Elone se asomó detrás del portón y vio un enorme abismo de oscuridad que lo tapaba todo detrás de la puerta.

-Oh, Dios mío.
-¿Qué demonios es eso?
-Son... Sincorazón.
-Y ahí debajo está el Corazón, ¿cómo es posible?
-Debe ser la influencia que hacen esos hermanos sobre los Sincorazón. Así es imposible sellar la cerradura otra vez, pero los hermanos son capaces de evitar que los Sincorazón quieran consumir el Corazón. No podemos eliminar a tantos.
-Al menos parece que no son conscientes de nuestra presencia.
-Si tan solo pudiera...
-Princesa, ¿tiene algún plan?
-Con tanta oscuridad no puedo sentir la Luz del Mundo.
-¿Y si pudiera?
-Creo que podría invocarla para poder eliminarles.
-¿Cree?
-Nunca lo he hecho voluntariamente.
-Pero antes lo hiciste contra esa gran bola de Sincorazón.
-Ese ataque fue involuntario, Zero. Y no tenía la suficiente potencia para acabar con tantos Sincorazón. ¿Has visto cuántos hay?
-Sí, son demasiados. Nunca había visto tantos juntos.
-Nunca habíamos visto un Corazón de un Mundo tan desprotegido. Es obvio que su Luz ha atraído a los Sincorazón como moscas. Malditos hermanos... Si no acabamos con estos Sincorazón antes que con los hermanos, ya no habrá nadie que les prohiba atacar el Corazón.

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-Vamos, Kuroi. Te pesa el culo.
-Lo siento, ¿vale? La agilidad nunca fue mi fuerte.
-Y menos subir escaleras, ¿eh?
-Pensaba que estábamos a medio camino de la azotea.
-No te fies de por donde entramos, grandullón. La torre entera está protegida por un hechizo ilusorio.
-¿Y no es más inteligente entonces subir por fuera?
-No, la azotea no sabemos a qué piso lleva.
-Pero, ¿no vamos a la azotea?
-Primero vamos a visitar el último piso, en todas las torres en el último piso es donde suele estar el amo de la torre.
-Eso es lógica aplastante.
-¿Tienes algún problema con mi lógica?
-En absoluto.
-Yo ya me he cansado.
-¡Espera, Blanck!

El joven Elegido invocó su Llave espada y dejándose llevar por su furia interior destrozó la pared de la torre.

-Llevamos un rato subiendo escaleras, y mi paciencia tiene un límite.
-Tú no tienes paciencia.
-Puede ser.

Fue entonces cuando Blanck se decidió a saltar hacia fuera aunque una extraña figura encapuchada le agarró del cuello y lo lanzó de nuevo hacia dentro.

-¡Blanck!
-¡Ignus!
-Vaya, Eryn, cuanto tiempo. ¿Una excursión por territorios enemigos?
-¡No es una excursión y lo sabes perfectamente!
-Siempre fuiste muy curiosa... y estúpida.
-¡Cállate!

Eryn se lanzó hacia la figura encapuchada invocando su Llave espada y transformándola en lanza empaló al hermano pequeño sacándolo de la torre donde empezó a caer con fuerza hasta que finalmente le hizo chocar contra el suelo creando una ola sísmica que levantó tierra y arena. Pero cuando se levantó y sacó su arma de los ropajes, vio que no había nada dentro.

-¡Mierda!
-Voy a tener que enseñarte modales, señorita.

Una enorme esfera de oscuridad golpeó a Eryn por la espalda mandándola varias decenas de metros alejándola de la torre y dañándola.

-¡AGGGGG!

Fue entonces cuando un Blanck cabreado se lanzó desde la torre furioso y agarró a Ignus por la espalda empezando a golpearle rabiosamente. El oscuro hechicero empezó a sentir golpes por todas partes sin casi poder evitarlos hasta que reaccionó desapareciendo.

-¡No huyas cobarde!
-¡Blanck!

Kuroi fue el último en bajar de la torre, aunque él lo hizo desde su Llave deslizador, no tenía la misma agilidad que su compañeros de equipo como bien habían “discutido” minutos antes.

-¿Y Eryn?
-Allí.

Dijo Blanck sin mirar totalmente concentrado esperando encontrar un rastro del hechicero. Kuroi salió corriendo hacia donde Eryn había aterrizado dejando un surco en el desierto.

-¿Estás bien?
-Ay... creo que sí.
-Eres muy imprudente e impulsiva.
-¡No hay tiempo para sermones!
-Es obvio que no estás acostumbrada a luchar en equipo.
-No... Siempre he estado sola.
-Pues ya no lo estás.

Kuroi estiró su brazo invitando a Eryn que le cogiera de la mano para ayudarla  a levantarse, ella lo hizo a regañadientes y finalmente se reunieron con Blanck.

-¿Algo, Blanck?
-No, ha huído.
-Sabe que no puede enfrentarse a los tres a la vez. Habrá ido a buscar a Cadmio y Antías.
-Eso hará una batalla más equilibrada.
-No, Blanck, los tres juntos son muy poderosos.
-No les tengo miedo. Pero aún así nosotros somos más. Tenemos que confiar en los demás.
-Vaya... Nunca me esperaría escuchar algo así de ti.
-No me conocéis.
-¿Y ahora qué?
-A esperar...
-¿Estás segura?
-Ya has oído a Blanck. Se piensan que somos los únicos que estamos aquí. Vendrán los tres y les esperaremos, y rezaremos porque Blanck tenga razón y podamos confiar en la princesita, el cachorrilo y los tortolitos. Y entonces acabaremos con ellos.

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-Keiro, tengo miedo.
-Abriré un portal y saldremos de aquí.
-¡No!
-Pero...
-No, Keiro. Nada de portales.

De pronto una luz se encendió en lo que parecía un laboratorio donde había varios tubos de cristal enormes llenos de líquido que protegían extrañas criaturas híbridas de Sincorazón y humanos.

-Ke-Keiro... Son...
-Esos cabrones...

Los tubos empezaron a vaciarse del líquido.

-¿Qué....?
-Van a salir. Keiro, no.
-Les derrotaremos.
-No, no podemos. Son... son...
-No, Bastet. Ya no lo son.

Cuando terminaron de vaciarse, aquellas horribles criaturas abrieron sus ojos amarillos y empezaron a golpear los tubos con fuerza, haciendo añicos los cristales y salieron al exterior.

-Aún estoy a tiempo de abrir un portal, Bastet.
-No, tenemos que intentsr salvarles.
-Bastet, ya no...
-¡Tenemo que intentarlo, Keiro!

Las criaturas empezaron a acercarse lenta pero firmemente.

-Atrás, Bastet.
-Pero Keiro...
-Tranquila, no les haré demasiado daño. Mientras piensa en algo.
-Keiro...

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