viernes, 11 de mayo de 2012

Capítulo 11: Un nuevo destino


Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:


______________________________________________________________________

La princesa Eleone se encontraba en los balcones del castillo asomada intentando refrescar la mente. El día había sido duro, el rey había caído en coma y ahora todas las responsabilidades del reino caerían sobre ella mientras su padre estuviera en ese estado víctima de una terrible enfermedad.

Aquella refrescante escapada le había dado a la princesa un momento de tranquilidad y desasosiego, a penas podía contener las lágrimas mezcla del estrés y la tristeza, en ese momento necesita el apoyo de todos más que nunca. Fue entonces cuando apareció la persona de la cual necesitaba más apoyo en ese momento.

-Princesa, vais a coger frío.
-Alexander...

La princesa se giró para verle, pero rápidamente volvió la vista intentando esconder las lágrimas y la gran tristeza que bañaba sus ojos. Su guardián se acercó abrazándola por la espalda, matando dos pájaros de un tiro, ofreciéndola un apoyo moral y un manto de calor.

-Princesa. Yo... me siento tan inútil...
-No digas eso, Alexander. Tú no tienes la culpa.
-Yo era el protector del rey, debí haberme dado cuenta.
-Él llevaba ya tiempo así, ¿recuerdas? Tenía la intención de retirarse para que yo gobernara, solo que las cosas se complicaron y no se fiaba de que yo lo hiciera correcto. Soy yo quien se lo he hecho.

La princesa bajó más la vista derrumbándose del todo y empezando a llorar descontroladamente. Alexander se separó ligeramente y la dio la vuelta para mirarla de frente aunque ella rápidamente se guareció en su pecho.

-Princesa... Eleone, por favor no llores.
-¿Qué voy a hacer? No sé qué hacer sin él. Estoy perdida.
-No tienes que llevarlo tú sola. Ya lo sabes. Tienes a los demás Elegidos, a los soldados,  a los sabios y me tienes a mí. Sé que no puedo sustituirle pero...

Eso último hizo recuperar una sonrisa a la princesa que salió de su escondite con la cara aún empapada y selló los labios de su guardián con un dedo.

-Tampoco hay nadie que pueda sustituirte a ti.

El silencio se adueñó del lugar hasta que finalmente los dos acercaron sus rostros y sellaron aquella noche con un beso que le hizo recuperar las fuerzas a la princesa.

______________________________________________________________________

Al día siguiente, la princesa montó una reunión a la que solo fueron los más allegados en ese momento, los ocho Elegidos que sellaron la puerta el día anterior y Alexander.

-Solo nosotros sabemos lo que pasó aquella madrugada. Así que es nuestro deber decidir cual será el siguiente paso.
-Pero princesa, ahora eres tú quien manda, tú debes decidirlo.
-No. No es que no quiera llevar todo el peso sobre mis hombros, pero debemos hacer lo más aconsejable, no lo que yo crea conveniente.
-Esa es una sabia decisión, princesa.
-Yo ya opiné sobre esto, deberíamos perseguir a esos monstruos y hacerles pagar lo que han hecho con nuestros Mundos.
-Pero no sabemos a dónde han ido o dónde se ocultan.
-Quizá tú podrías encontrarlos, Jaleel.
-No. No puedo. No sé abrir portales de Oscuridad, aunque...
-¡No, ni hablar! Keiro necesita apoyo para volver a la Luz, no permitiré que le pidáis algo así.
-Bastet, si me necesitan...
-¡No! Solo si no queda más remedio y aún así... No...
-Puede que Keiro sea nuestra salida más rápida, pero no es una opción aconsejable. Deberíamos usar la Luz para conseguir esto, no apelar a la Oscuridad.
-La Luz no tiene ese poder, princesa.
-Eso no es verdad.
-¿Ah, no?
-No. Bueno... tampoco quisiera llegar aquí y ahora hacerme la interesante, pero de entre todos los que estamos aquí parece que solo Keiro y yo tuvimos un Maestro.
-Cierto, Bastet, dijiste que vuestro Maestro os enseñó a controlar la Llave espada, como la nave esa.
-Sí, aunque Bastet era mejor alumna que yo, yo solo aprendí un poco, ella siempre iba un paso por delante de mí.
-Por favor, Keiro, me vas a sonrojar.
-Es la verdad.
-Dejaros de tonterías. Dinos, pelirroja, ¿a qué te referías con que la Luz sí tiene ese poder?
-La nave de la que os ha hablado Eleone, no es para usarla dentro de un Mundo.
-Entonces, Bastet...
-Se usa para moverse entre Mundos, pero la Llave deslizador es inútil por si sola debido a las barreras que protegen los Mundos, así que nuestro Maestro nos enseñó a abrir portales para salir al espacio que hay entre los Mundos.
-O sea, que no es una solución viable. Lo único que nos permitiría ese portal tuyo es poder buscar en los pocos Mundos que hayan resistido el implacable ataque de los Sincorazón, no nos llevaría ante ellos.
-Bueno, yo solo digo que...
-¡¿Y qué hay de malo en ello?!
-¿Qué quieres decir, princesa?
-¿Acaso no es obvio? Nuestro deber es recuperar la Luz, aquellos hombres de negro nos dijeron que nos llevaban ventaja porque habían destruido los Mundos, pero ¿y si viajásemos intentando recuperarlos? Protegeríamos los que ahora están cayendo para que se unieran a nosotros y con un poco de suerte encontraríamos gente con más información que nos podrían ayudar a recuperar los Mundos ya caídos.
-Eso tiene sentido.
-Entonces, ¿el plan es vagar por el enorme y casi infinito espacio que divide los Mundos buscando supervivientes para echarles una mano y dejar Eclissis indefensa?
-Eres muy negativo, Vali.
-No tiene porque irse todo el Mundo, podríamos mandar una expedición. El resto se quedaría aquí.
-¿Y quién iría en esa expedición?
-Bueno, eso es lo que deberíamos discutir.
-Yo quiero ir.
-Keiro, tú no sabes invocar la Llave deslizador.
-Pues aprenderé.
-De hecho, Bastet, nadie de aquí sabe usar la Llave deslizador salvo tú, así que...
-¿Así que...?
-Pues es obvio, Bastet. Tú serás nuestra Maestra.
-¿Yo, pero estáis locos? No adquirí el grado de Maestra, no sé...
-Bastet, debes confiar más en ti.
-Sí, Bastet, te necesitamos para aprender a salir por nosotros mismos a ese espacio. No podemos ir todos otra vez en tu deslizador.
-Mmm... está bien.
-Deberíamos reunir a todos los Elegidos que haya en Eclissis para que Bastet empiece a enseñarnos.
-¿Todos? Pensé que solo seríais vosotros.
-Necesitamos a todos los Elegidos posibles para futuras expediciones. No nos vendría mal tener el mayor conocimiento posible de la Llave espada.
-Entonces no perdamos más el tiempo.

______________________________________________________________________

Por la tarde, todos los Elegidos de la Llave espada apostados en Eclissis fueron reunidos por la princesa y sus generales en los patios del castillo, donde Bastet, la ahora Maestra del ejército de la Luz, debía enseñarles a invocar la Llave deslizador.

-Bueno, ejem, yo... A partir de ahora yo seré vuestra Maestra, enseñaros a invocar la Llave deslizador puede llevar su tiempo así que la princesa, aquí presente ha decidido que los primeros que aprendan a dominar la invocación serán los que partan de expedición.

La tarde fue ardua y larga, Bastet hacía todo lo posible, enseñando paso a paso como invocar la Llave deslizador y sorpresivamente fue la propia princesa Eleone la que primero aprendió a hacerlo, los siguientes fueron Keiro y Blanck que parecían tener un buen instinto para ello, finalmente lo consiguió Zero y un último y desconocido Elegido fue el sexto miembro que iría a la expedición.

-¿Cómo te llamas?
-Mi... mi nombre es Kuroi.
-Bien, Kuroi. Siéntete privilegiado, has sido elegido por la princesa de Eclissis para viajar en una difícil misión.
-Aceptaré de buen agrado.
-Qué educado es.
-Bueno, estamos los seis.
-¿Estás segura que quieres ir princesa?
-Sí, no podemos perder más tiempo esperando a que alguien más aprenda a invocar la Llave deslizador. Y quiero ser útil. Además, sé que podrás hacerte cargo junto a Claudia de todo mientras estemos ausentes.
-Y yo la protegeré.
-Más te vale hacerlo bien, hermano.
-¿Hermano?
-Sí, Alexander y Zero son hermanos, si son clavaditos.
-No había caído en eso, pensé que el parecido era pura coincidencia.
-Bah, no nos parecemos en nada. En fin, entonces vamos la princesa, la pelirroja, Mr. negro, el nuevo, colmillitos y yo, ¿no?
-Un poco más de respeto, Zero.
-Esos somos los que hemos aprendido, el resto deberá seguir practicando mientras estamos ausente para futuras expediciones.
-Yo me ocuparé de que sigan entrenando, princesa. Aunque montaré guardias por si acaso.
-Esa es una buena idea.
-Bueno, ya basta de cháchara. Deberíamos partir. Tengo ganas de romper cabezas de Sincorazón.
-Keiro, controla tu ira...
-Es mi manera de canalizar mi fuerza.
-Y así te va.
-¡Déjale en paz! Ya os dije que yo me ocupada de eso, Keiro es mi responsabilidad.
-Ok, pero tenle controladito.
 -Démosles una oportunidad. Ahora marchémonos. Bastet...


La pelirroja entendió lo que significaba que la princesa la llamase así y apuntando al cielo lanzó un rayo de luz que abrió un portal al espacio intermedio. Luego lanzaron su Llave espada al cielo dándole la forma de su deslizador. Eleone tenía una especie de moto voladora, Zero una doble tabla de Skate, Keiro una especie de avión sin cabina, Blanck una tabla de surf con cadenas y Kuroi una especie de rueda con propulsores que lo protegía todos lados menos por izquierda y derecha. Finalmente invocaron sus armaduras y se subieron a las Llaves deslizador marchando inmediatamente hacia su misión liderados por la princesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario