martes, 1 de mayo de 2012

Capítulo 6: Antes de la tempestad


Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:


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-Padre, ya estoy cansada de todo esto, no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras destruyen nuestro Mundo.
-Ya lo sé, Claudia. Pero, ¿qué pretendes que haga? No sabemos a donde atacar, no voy a mandarles a lo desconocido sin esperanzas.
-¿Y entonces qué, simplemente esperamos a que ocurra y ya? Tiene que haber alguna forma...

El rey de ciudad Eclissis se sentía atado de pies y manos, lo único que podían hacer en ese momento era esperar la siguiente oleada de Sincorazón y defenderse eternamente hasta que ocurriera un milagro. Fue entonces cuando Vali y Eleone volvieron de su periplo por las ruinas y Claudia se alegró mucho de ver a su hermana bien, aunque su hermana no parecía igual de alegre.

-¡Eleone!

Claudia se lanzó a los brazos de Eleone, y aunque fue recibida con los brazos abiertos el entusiasmo de la mayor de las hermanas no fue el mismo, que velozmente alejó de forma cariñosa a su hermana pequeña y se acercó al trono de su padre.

-¿Eleone?
-Padre, desobedecí tus órdenes y salí del castillo.
-¡¿Tú también?!
-Lo siento, yo... quería hacer algo por nuestro Mundo... pero...
-¿Qué ha pasado?, ¿a dónde has ido?
-Padre... Fui a las ruinas del bosque de cristal...
-¿El templo del Dios León? Bueno, no importa, está bien protegido, solo un Ele...

Pero antes de que terminara la frase, Eleone invocó su Llave espada ante su padre que quedó horrorizado ante tal revelación.

-¿Una... una...? Tú... ¿abriste el sello?
-No sabía lo que había ahí abajo, padre. Lo siento.
-¡Maldita sea!

El rey se levantó del trono obligando a su hija a que diera un paso atrás asustada, el rey, sudando y pálido empezó a caminar en círculos cerca del gran ventanal desde el que se veía toda la ciudad.

-Padre, lo siento.
-¡No! La culpa... la culpa es mía.
-Pero...
-No debí haber ocultado algo tan importante. Ahora Eclissis está sentenciada por querer ocultarlo todo.

El rey se llevó las manos a la cabeza mientras Claudia y Vali se miraban sin entender nada de lo que sucedía.

-Majestad, no he entendido nada de lo que habéis hablado vuestra hija y vos. ¿Qué había en esas ruinas?
-Una puerta...
-¿Una puerta, princesa?
-Una puerta sellada por luz para impedir que los Sincorazón entraran.
-No estaréis hablando de...
-Sí, les abrí la puerta al Corazón del Mundo.

Vali estuvo a punto de replicarle, pero recordó su posición, ella era una princesa, por muy mal que hubiera actuado no podía reprenderla delante del rey.

-Pero padre, aún no es el final. Allí había alguien... o algo... Y estaba luchando contra los Sincorazón, impidiendo su objetivo.
-¿Algo?, ¿hablas del Dios León? Pero es sólo una leyenda...
-Yo lo vi, padre. Se enfadó conmigo y me dijo que me fuera, pero él se quedó luchando.
-Si eso es cierto, aún tenemos una posibilidad. Vali.
-¿Sí, majestad?
-Siento que debas arreglar los líos de la familia real. Por favor, coge a tu batallón y protege las ruinas con tu vida, los Sincorazón no deben entrar a ese lugar, el Dios León tendrá sus limitaciones.
-¡Pero padre...!
-Tú ya has hecho bastante, Eleone. Sé que no lo hiciste con mala intención y comprendo tu frustración, pero ahora debes descansar. Vali se ocupará de todo.
-No...
-Majestad.

Vali hizo una reverencia y salió a toda prisa de la sala del trono.

-Claudia, Eleone, hasta que descubramos como cerrar de nuevo el Corazón del Mundo, no salgáis de vuestras habitaciones.
-Padre...
-Vamos, Eleone, tienes que descansar. Padre tiene razón.

Y Eleone en la más absoluta tristeza guiada por su hermana salieron de la sala del trono a la vez que los dos guardianes de la familia real, Zero y Alexander entraban. Pero antes de que pudieran interrogar a la princesa fueron llamados por su rey.

-Generales.
-Majestad.
-¿Qué ha pasado?
-No hay tiempo para preguntas, Zero. Estamos bajo alerta roja.
-¿Alerta roja, señor?, ¿qué ha...?

Rápidamente, Alexander ató cabos sobre el aspecto de la princesa Eleone y la situación y quedó apesadumbrado pensando si debía decirle a su rey que él tenía la culpa, aunque no podía romper el juramento a su princesa.

-Ahora no, Alexander. Ya es tarde por hoy, id a descansar, pero quiero que convoquéis una reunión a primera hora de la mañana y quiero a todos los Elegidos activos que haya en toda Eclissis en ella, así como los grandes hechiceros y guerreros que haya en los barracones.
-Sí, majestad.

Zero se retiró en seguida aunque Alexander dudó.

-Vamos.

Zero tiró del otro soldado para dejar al rey a solas entre sus pensamientos.

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Vali entró en los barracones de su unidad con celeridad deteniendo la juerga que tenían sus subordinados.

-Biggs, Wedge, nos vamos.
-¡Capitán, está a salvo!
-¿A dónde nos vamos?
-A las ruinas del bosque.
-¿Una misión?
-Una de máxima prioridad, es la primera... la primera... la primera que el rey me da desde que entré a sus servicios y me temo que no podemos fallar. Os daré los detalles por el camino.

Todo el batallón se preparó en menos de unos minutos y tomaron rumbo hacia el bosque de cristal mientras desde lo alto de una almenara, Jaleel les observaba.

-¿A dónde te diriges ahora, Vali? Algo está pasando.
-Algo muy grande.
-¡Zero! ¿Algo grande?
-Su majestad quiere una reunión de todos los Elegidos, hechiceros y guerreros de todo el reino a primera hora de la mañana.
-Y Vali marcha al sur, ¿no sabes nada más?

Zero miró con sospecha al capitán de un solo brazo que se alejaba por la lejanía sin saber muy bien esa parte.

-Me temo que no, cuando llegamos ya habían terminado la discusión y el rey sólo nos pidió que preparáramos la reunión.
-Vali se está llevando demasiada gloria últimamente.
-¿Celoso?
-Molesto. Soy yo quien predijo todo este ataque pero él es el que lucha las más importantes batallas.
-Está en el momento oportuno en el lugar adecuado. Eso me recuerda... Tenemos que hablar.
-...
-¿Viste la gran onda de Oscuridad en la batalla?
-Sí, me acerqué en cuanto pude, pero ya no había nada, ¿por qué?
-Yo sí estuve.
-¡¿Cómo?!
-¿Celoso otra vez?
-¿...qué pasó?
-Nos atacó un poderoso guerrero sumergido en la Oscuridad.
 -Lo sabía, tenía que ser eso. ¿Quién era?
-No lo sabemos, pero si no llega a ser por aquel espíritu, ahora mismo yo sería un Sincorazón.
-¿Espíritu?
-Es largo de contar. ¿Tienes alguna idea de qué podía ser aquel tío?
-Creo que es quien invocó la Luna.
-¿Crees que fue el líder de los Sincorazón?, ¿un humano puede controlarles?
-Tiene todo el sentido, cuando él desapareció los Sincorazón se empezaron a retirar. Después de todo los Sincorazón son Oscuridad, si puedes controlar la Oscuridad, puedes controlar a los Sincorazón.
-¿Tú podrías...?
-No.
-Pero...
-Mi Oscuridad es muy primitiva y artificial. No se alimenta de mis sentimientos, simplemente la alimento con mi poder y para evitar que engulla mi Corazón tengo que evitar ciertos usos, pero ese chico...
-¿Ese chico?
-Cuando llegué al lugar en el que os enfrentasteis no fui el único atraído por la Oscuridad. También llegaron un chico y una chica, los dos Elegidos, y el chico había caído realmente en la Oscuridad, pero había una pequeña luz que le sostenía.
-¿Crees que es peligroso?
-No sabría decirte, parecía buena persona, pero sentí grandes planes de venganza y mucha ira, de eso se alimenta la Oscuridad. Creo que él si podría realizar esos usos de la Oscuridad.
-Bueno... creo que en eso no podemos hacer mucho. Ahora me preocupa Vali, se dirige solo hacia lo desconocido.
-Siento mucha Oscuridad procedente del bosque de cristal, se dirigirá ahí.
-¿Crees que deberíamos...?
-No, el rey ha dado órdenes precisas.
-Eras tú el que se moría por estar en su lugar.
-Pero no lo estoy y algo me dice que debería alegrarme de ello. Esta noche va a ser larga, estaré pendiente de lo que ocurra.

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Mientras, en el dormitorio de la princesa Eleone.

-¿Qué ha pasado, hermana?
-He... he hecho algo horrible. Nunca debí haber ignorado los deseos de padre.
-Dijeron que abriste el Corazón del Mundo. ¿Es verdad?
-Sí... yo no lo sabía. No debí haber ido.
-Pues si no lo sabías...
-Pero lo he hecho. Debería hacer algo.
-No, Eleone. Padre ha dicho que descansaras.
-Sí... Además temo volver a liarla si salgo.
-Eleone...

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Y finalmente Vali llegaba a las ruinas con su batallón, sentían Sincorazón en todas partes aunque aún no se mostraban.

-Entonces, señor. ¿Nuestra misión es proteger este sitio a toda costa?
-Ningún Sincorazón debe entrar por esa puerta.

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