Recomiendo escuchar
esta canción mientras lees:
______________________________________________________________________
Jaleel, Zero y Keiro
con Vali en brazos no tardaron mucho en encontrar una pequeña rendija entre
piedras que daba entrada a lo que quedaba de las ruinas, la única manera de
entrar era dejándose caer por ella y así lo hicieron. Primero bajó Zero
tropezando un poco, luego le siguió Jaleel, seguidamente Keiro dejó caer a Vali
al que atraparon los dos primeros y finalmente bajó este último derrapando.
El interior estaba
casi a oscuras de no ser por la pequeña rendija que dejaba entrar los primeros
rayos de luz del día, todo estaba semiderruido e incluso en peores condiciones
de como lo encontró Eleone.
-¿Y bien Jaleel?, ¿cómo
nos guiamos por aquí abajo?
-Déjame eso a mí, hay
algo muy oscuro aquí abajo y es imposible no sentirlo.
-Pues yo no lo
siento.
-Quizás no estás tan
bien entrenado como yo en eso. O quizás no quiera ser encontrado.
Ese comentario le
sentó bastante mal a Keiro pero se limitó a volver a recoger a Vali y a seguir
en la penumbra a Jaleel y a Zero guardando la retaguardia.
-¿Y qué crees que es,
Jaleel?
-No lo sé, pero
siento algo parecido a lo que sentí en aquel edificio.
-¡¿Crees que ese tío
está aquí?!
-Es posible. Después
de todo es el líder de los Sincorazón, algo me dice que también busca el Corazón
del Mundo.
-Pues era muy
poderoso, tendremos que tener cuidado.
Fue cuestión de
tiempo de que llegaran a la sala donde se encontraba el mural del Dios León
aunque ahora abierto por Eleone, la luz a penas llegaba a aquel lugar.
-Qué puerta más
siniestra.
-A mí me parece más
siniestra la Oscuridad que sale de dentro.
-¿Crees que ahí abajo
es donde la princesa encontró el Corazón?
-No veo más sitios
donde pueda encontrarse. Y esa Oscuridad...
De repente un portal
oscuro se abrió detrás de los Elegidos y al darse la vuelta velozmente
encontraron a aquel joven de la otra vez observándoles.
-¡Tú!
Zero casi no se controló en salir corriendo a atacarle, pero Jaleel le detuvo.
-Parece que habéis
llegado demasiado lejos, si no hubiera sido por ese espíritu...
-¿De qué hablas,
idiota?
-Zero, cálmate.
-No importa de qué
hable, ya falta poco, mi cometido es evitar que sigáis adelante.
-¡Inténtalo!
Zero ya no pudo
contenerse más y apartando el brazo de Jaleel que le sostenía salió corriendo
hacia el joven oscuro mientras invocaba sus dos Llaves espada. Acometió contra él
con un combo rápido de poderosos ataques, pero aquel ser los esquivó con
extrema agilidad y rápidas acrobacias. Después contra atacó con un proyectil de
oscuridad que mandó rodando a Zero de vuelta al lado de sus compañeros.
-Mierda...
-Te dije que te
relajaras, Zero. Debemos atacarle los tres a la vez.
Tras oír eso, Keiro
dejó a Vali apoyado en una de las paredes e invocó su Llave espada a la vez que
Jaleel.
-Es muy rápido, vamos
a necesitar algo más que atacar los tres a la vez, ¿alguna idea?
-Dejadme a mí delante,
intentaré absorber sus ataques.
-Bien.
Finalmente Zero volvió a levantarse y cogiendo los tres carrerillas se acercaron por tres lados diferentes del señor de los Sincorazón aunque no atacó, espero el momento en que los tres se acercaran lo suficiente y casi desapareciendo antes de que los tres le atacaran les golpeó sin que a penas se dieran cuenta. Zero acabó golpeándose y deslizándose contra una pared, Jaleel acabó tumbado al lado de Vali y Keiro acabó junto a la entrada.
Finalmente Zero volvió a levantarse y cogiendo los tres carrerillas se acercaron por tres lados diferentes del señor de los Sincorazón aunque no atacó, espero el momento en que los tres se acercaran lo suficiente y casi desapareciendo antes de que los tres le atacaran les golpeó sin que a penas se dieran cuenta. Zero acabó golpeándose y deslizándose contra una pared, Jaleel acabó tumbado al lado de Vali y Keiro acabó junto a la entrada.
-No tenéis nada qué
hacer. Rendiros y este mundo será asimilado por la Oscuridad.
Empezó a reírse de una forma bastante tenebrosa y maquiavélica.
Empezó a reírse de una forma bastante tenebrosa y maquiavélica.
______________________________________________________________________
Las tres leían libros
esperando encontrar la manera adecuada de volver a cerrar la entrada al Corazón
del Mundo, y aunque en aquella librería parecía haber conocimientos bastante
secretos del Mundo, todavía no habían encontrado el pertinente a sellos.
Fue entonces cuando
Eleone encontró un extraño libro, y en su portada se podía leer claramente “El
Dios León”, se puso a leerlo en silencio al margen de las otras dos Elegidas y
empezó a descubrir extrañas cosas sobre aquel monstruoso león que la había
salvado y al que había decepcionado y destinado a la muerte.
En una de las páginas,
Eleone encontró lo que parecía un hechizo aunque no ponía exactamente cuál era
su uso, la princesa, pensando que poco más podía hacer lo leyó en voz alta
llamando la atención de su hermana y Bastet, pero cuando terminó, Eleone ya no
se encontraba en la biblioteca, si no en un ilimitado espacio blanco que parecía
estar rodeado de una intensa luz por todas partes.
-¿Dónde estoy?, ¿qué
es este lugar?
-Mi Corazón.
-¡¿Quién ha hablado?!
Eleone pudo sentir otra presencia en aquella extraña sala, pero no podía verla, siempre parecía estar a sus espaldas, pero cuando se giraba ya no estaba.
-Espera... esa voz.
¡Eres el Dios León!
-Y tú eres la chica
imprudente.
-Yo... Lo siento, no
era mi intención. Pero, ¿qué hago aquí?
-Has debido de leer
el hechizo de conexión.
-¿El hechizo de
conexión?
-Es un poderoso y
antiguo hechizo que te permite contactar con el Corazón del ser con el que más
deseas entablar contacto. Te permite hablar con él y escucharle.
-Yo... no siento la
misma energía oscura que aquella vez.
-Eso es porque solo
mi cuerpo y mi mente están corruptos por la Oscuridad, mi Corazón aún contiene
Luz. Siento mi comportamiento de la otra vez.
-No pasa nada. Dime,
Dios León...
-Madine.
-¿Cómo?
-Mi nombre es Madine,
y como dirías en vuestro vocablo no soy masculino, soy femenino.
-Oh. Lo siento, no
era mi intención.
-No te preocupes, es
difícil malinterpretar mi género para los humanos, mi voz no es muy suave que
digamos.
-Entiendo. Dime
Madine, ¿hay alguna manera de volver a levantar el sello?
-Sí, la hay. Pero...
no sé si estáis preparados.
-¿Queda otra
alternativa?
-No, me temo que no.
-Pues dímela.
-Igual que un Elegido
puede abrir una puerta, también puede cerrarla, pero el sello debe ser lo
suficiente poderoso como para que los Sincorazón no puedan destruirlo.
-¿Y cómo se hace eso?
-Deben ser siete
Elegidos los que hagan el sello.
-¡¿Siete?! ¿Y dónde
encuentro tantos?
-La conexión se está
rompiendo, a penas me quedan fuerzas, lo dejo en tus manos.
-¡Espera!
La escena volvió a la
biblioteca.
-¡Espera!
-¡Eleone, Eleone! ¿Qué
ocurre?
-Claudia... No...
-¿Qué ha pasado,
princesa?
-El... el hechizo.
Siete Elegidos.
-¿Siete Elegidos?
-Necesitamos Siete
Elegidos para volver a cerrar el sello.
-¿Has encontrado la
respuesta? ¡Qué bien!
-Pero solo somos
tres.
-No, Eleone, recuerda
que Zero marchó anoche a las ruinas. Es allí donde tenemos que cerrar el sello,
¿no?
-Y creo que mi amigo
Keiro se fue con él, esta mañana cuando me he despertado no estaba y le veo
capaz de meterse en cosas así.
-Eso nos hace ser
cinco.
-Pero Jaleel siempre
está con Zero. Eso hace seis. Y sé quien puede ser el séptimo. ¡Corred,
seguidme!
Claudia salió
corriendo esquivando a todos los guerreros, hechiceros y Elegidos que habían
llegado a la biblioteca buscando información, y Bastet y Eleone, casi obligadas
la persiguieron. Llamaron la atención de algún soldado del reino, pero para
cuando pidieron que las princesas se detuvieran, ya estaban de camino a la
enfermería donde Claudia entró de un trompicón y vio que el chico del día
anterior, Blanck, ya estaba recuperado.
-¡Blanck!
-Tú.
-Blanck, te
necesitamos.
-¿Para qué?
-El Corazón de este
Mundo está en peligro, Blanck. Necesitamos un Elegido más para protegerlo.
-¿En peligro?
-No hay momento para
explicaciones, tenemos que salir cuanto antes.
Blanck se quedó
pensativo decidiendo cual sería su respuesta, aunque no le quedaban muchas más
opciones.
-Está bien, vamos.
Los cuatro salieron a
los jardines del castillo donde decidirían el plan de escape.
-Mi padre habrá
apostado soldados en todas las salidas, no podemos salir por suelo.
-Y aunque saliéramos,
no nos daría tiempo a llegar, ya ha amanecido.
-Yo... Yo creo que
tengo una manera de llegar rápido, pero...
-Bastet, ¿cuál?
-Keiro y yo tuvimos
un Maestro que nos enseñó los caminos de la Llave espada, aunque no llegamos a
alcanzar el rango de Maestro, pero aprendimos lo suficiente de la Llave espada
para utilizarla con sabiduría.
-¿Y eso qué quiere
decir?
-Observad.
Bastet invocó su
Llave espada y arrojándola al cielo volvió a caer, aunque ya no tenía más forma
de Llave, si no que cayó en forma de una especie de plataforma con volante auto
propulsada. Las princesas se quedaron flipando y Blanck se sorprendió un poco.
-¿Qué es eso?
-Mi Maestro lo
llamaba Llave deslizador. Sirve para viajar más rápido.
-No sabía que la
Llave espada tuviera ese poder.
-Tiene muchos
poderes, pero se necesita entrenamiento para usar algunos y un Maestro que te
las enseñe.
-No quiero romper el
momento, pero tenemos prisa.
-Sí.
Bastet dio un salto y
se subió en la parte central de la Llave deslizador.
-Blanck y Eleone que
se suban en las alas, y Claudia detrás de mí, para compensar el peso.
Cada uno se subió en
el lugar que Bastet les eligió y una vez todos se agarraron con fuerza, Bastet
levantó el vuelo.
-¿Hacia dónde tenemos
que ir?
-Hacia el sur,
Bastet. Hay un bosque allí.
-Perfecto.
La nave salió dispara
hacia el sur con los cuatro Elegidos encima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario