martes, 1 de mayo de 2012

Capítulo 7: Una larga noche


Recomiendo escuchar esta canción mientras lees:


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El batallón de Vali se apostó delante de las ruinas a modo de defensa total esperando el momento en el que los Sincorazón aparecieran.

-¿Cuál es el plan, capitán?
-No hay plan ni estrategia. Simplemente no podemos permitirnos el lujo de dejar que un solo Sincorazón entre en las ruinas. Incluso a costa de nuestras vidas.
-Ese plan es perfecto, capitán.
-Pero si os he dicho que...
-¡Vamos chicos, no defraudemos al capitán!

Fue cuestión de segundos que aquel grito inundado con el poder de los Corazones de todo el batallón sirviera de señuelo para los Sincorazón que salieron todos a la vez de su escondite lanzándose al ataque.

La batalla empezó del lado de la Luz, tanto Vali como sus soldados lucharon con todas sus fuerzas rechazando oleada tras oleada de Oscuridad, pero cada oleada era más poderosa que la anterior y sería cuestión de tiempo que fueran eliminados, por suerte aguantaron el suficiente tiempo, un par de horas, hasta que la planificación de la estrategia fue necesitada de cambios.

-¡Biggs, Wedge!
-Capitán, no aguantaremos más, una oleada más y...
-Lo sé. Usad el pergamino de tele transporte.
-Pero... la misión...
-Tranquilos, yo me ocuparé a partir de ahora.
-¡¿Cómo?! Ni en sueños le vamos a dejar solos, capitán.
-No es una petición, Biggs, es una orden.
-Pero señor...
-Tranquilos, no os estoy pidiendo que me abandonéis a mi suerte. Pedid refuerzos.
-¡¿Refuerzos?!
-Es obvio que si perdemos esta batalla no habrá futuro para nadie. No os podrán negar refuerzos, si cayésemos todos en esta batalla nadie podría ir a informar de que aún hay posibilidades de sobrevivir. Chicos, ¡confío en vosotros!
-Capitán...
-Ahora, ¡id!

Vali se lanzó hacia el descampado delante de las ruinas esperando ganar el suficiente tiempo para que sus subordinados activaran el pergamino. La nueva oleada estaba formada por Neosombras, versiones más humanas de las pequeñas Sombras, aún más poderosas, rápidas e inteligentes, pero Vali estaba empleando todas sus fuerzas.

-¡A trabajar, chicos, no podemos defraudar al capitán!
-Pero Biggs...
-Nosotros ya no podemos ayudarle, y huir todos no es una opción, cuanto antes nos vayamos antes vendrán refuerzos para ayudarle.
-Sí...

La invocación del poderoso hechizo espacio-temporal fue llevada a cabo mientras Vali se enfrentaba a las Neosombras, las últimas imágenes que pudieron ver sus hombres fueron a su valeroso capitán luchando contra los Sincorazón mientras una sombra hecha de hielo se formaba en su espalda.

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Momentos después, desde los balcones reales, el general Alexander observaba la tranquila noche hasta que un frenético grito le sacó de sus ensoñaciones.

-¡General Alexander! ¡General!
-Cabo Biggs, ¿qué ocurre?
-Es el capitán Vali, mi general. Eran demasiados Sincorazón, nos pidió huir, pero necesita refuerzos.
-Esa misión era de alto secreto y fue mandada por el rey, yo...
-General, el capitán dijo que de ello dependía el destino del Mundo.
-¡Iré yo!
-¡Zero!
-No te preocupes, Alexander. Me sé de alguien que querrá venir conmigo, marcharé en seguida.
-Pero el rey...
-Ahora no hay tiempo para ser soldaditos falderos, Alexander. Yo me fío de Vali, y no hay tiempo para despertar al rey, es plena noche... Iré te guste o no. Biggs, ¿dónde está el capitán Vali?
-En las ruinas del bosque de cristal.

Tan pronto como oyó el lugar, Zero saltó desde lo alto de los balcones y aprovechando su gran agilidad con las acrobacias se permitió acabar cayendo en las almenaras de los muros, a Alexander ni siquiera le dio tiempo a decirle nada.

-Sigues aquí, Jaleel.
-Zero...
-Nos vamos.
-¿A dónde?
-Parece que Vali se ha quedado solo en su misión y ha pedido refuerzos.
-Era de esperar. La Oscuridad que provenía del sur ha ido creciendo a lo largo de la noche.
-¿Y a qué esperamos?
-No llegaremos a tiempo.
-¿Cómo dices? Si no lo intentamos...
-A Vali le queda poco tiempo, algo muy grande se acerca.
-¿Y nos vamos a quedar de brazos cruzados?
-Yo no he dicho eso, pero necesitamos la ayuda de alguien.

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Las horas en vela se pasaban extremadamente lentas para Keiro, aunque ver la risueña cara de Bastet dormir era casi como un consuelo.

-¿En qué nos hemos metido? Esto no debería haber ocurrido... Si hubiera sido más fuerte podría haber protegido al Maestro y a la gente del pueblo, pero fui débil...

Los pensamientos en voz alta de Keiro fueron bruscamente interrumpidos cuando sintió una terrible Oscuridad provenir del exterior, se asomó a la ventana y vio una silueta rodeada de Oscuridad y sin despertar a Bastet, saltó desde las alturas con cuidado y bajó.

-¿Quién eres?

El aura de Oscuridad se fue reduciendo hasta que al desaparecer Keiro pudo ver al joven de melenas largas que le había encontrado a él y a Bastet en lo alto de aquel edificio.

-Tú... esa Oscuridad...
-¿De qué te sorprendes? Tú también puedes, ¿no?
-No es momento para discursitos tenebrosos.

Zero salió de detrás de una estatua.

-Necesitamos tu ayuda.
-¿Mi ayuda?
-Sabemos de lo que eres capaz y no tenemos tiempo. Tu novia dijo que queríais ayudar.
-¡No es mi novia! Y es ella la que quería ayudar.
-Si no nos ayudas, este Mundo caerá.
-Y ya no tendréis donde ocultaros.

Keiro chascó la lengua sintiéndose entre la espada y la pared, sabía lo que haría Bastet sin pensarlo, pero él no quería ayudar, aunque no parecía tener elección.

-¿Qué hay que hacer?
-Necesitamos que abras un portal al bosque del sur.
-¿Un portal?
-No te hagas el tonto.

Keiro volvió a chascar la lengua molesto, no le gustaba que supieran más de él que él de los demás, se sentía manipulado.

-Le prometí a Bastet que no volvería a usarlo.
-Si no llegamos a tiempo a donde tenemos que ir, me temo que no podrás hacerle más promesas a tu novia.
-Te estás poniendo muy pesadito, ¿sabes?
-Haya paz.

Zero se interpuso entre los dos justo antes de que saltaran las chispas.

-Mira, tío. Esta ciudad te está acogiendo y están permitiendo que tu amiguita pueda dormir tranquila en su cama, si no lo haces por nosotros, hazlo por ella. Seguro que no querrá despertarse mañana en el otro barrio.
-Está bien. Pero, ¿qué ocurre?
-Que si no nos llevas al sur ahora mismo, este Mundo se va a convertir en otra bola de Oscuridad.
-Supongo que con esa explicación tengo bastante. De momento...

Keiro no habló más, ni Zero ni Jaleel parecía que tuvieran que decir nada ya, así que el primero canalizó Oscuridad como acababa de hacer horas antes y alzando su brazo una chispa de Oscuridad fue creciendo hasta que un portal de Oscuridad se abrió, los dos flequillos que caían por la frente de Keiro se volvieron blancos, rápidamente se los retiró.

-Ahí dentro...
-Lo sabemos, no hay tiempo.

Jaleel y Zero se lanzaron de cabeza al portal seguidos de Keiro, lo atravesaron en su totalidad sin temor a nada y cuando salieron al otro lado aparecieron en el linde del bosque.

-¿No podías ser más preciso?

Keiro cerró el portal y chascó la lengua una vez más cabreado.

-No conozco este Mundo, lo he hecho lo mejor que he podido.
-Déjale, Jaleel. Aún hay tiempo.
-Rápido.

Los tres volvieron a salir corriendo atravesando el bosque.

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-Majestad, majestad.

Alexander estaba despertando al rey para darle las nuevas noticias. El rey no tardó en despertarse algo confuso y adormilado.

-¿Qué...? ¿Qué...? Alexander, ¿qué pasa?
-Majestad, siento interrumpiros. Los soldados del capitán Vali han vuelto, él se quedó en las ruinas pero necesitaban refuerzos.
-¿Refuerzos?, ¿y quien...?
-No se preocupe, majestad. Zero marchó raudo y dijo que sabía de alguien que podía ayudarle. Majestad, no podemos retardar más esto.
-Tienes razón. Pensaba que tras las oleadas de ayer los Sincorazón no nos molestarían esta noche. Pero el Corazón del mundo debe ser una atracción demasiado poderosa. Enciende la alarma, quiero a todos en la sala de reuniones en diez minutos. Hay que encontrar una manera de volver a cerrar la puerta ¡ya!

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Escasos segundos después, Jaleel, Zero y Keiro alcanzaban el claro que se encontraba justo delante de las ruinas, pero la visión que presenciaron no era para nada lo que esperaban encontrar. La parte del bosque que rodeaba la zona y parte de las ruinas mismas se habían convertido en una caricatura de una cueva helada, incluso el ambiente mismo estaba más frío, como si la temperatura en aquel lugar fuese más baja de lo normal. Alzaron un poco más la vista y pudieron ver tres Lados oscuros que estaban a punto de entrar en el claro, aunque cuando se alertaron y prepararon para luchar invocando sus Llaves espada se dieron cuenta de la realidad, estaban igual de congelados que la zona junto a unas cuantas Neosombras más.

-¿Qué demonios?
-Esto parece... Invierno...
-Ha debido de ser Vali.
-Qué poder, está todo... congelado.

No tardaron en ver al joven capitán tirado en el centro del claro inconsciente, debía estar exhausto para haber invocado esa gran cantidad de hielo.

-¡Vali!

Zero fue el primero en verle y se abalanzó sobre él sujetándole la cabeza.

-Sigue vivo.
-Nos ha dado el tiempo suficiente para llegar. Déjale descansar.
-Yo que vosotros no haría desaparecer las Llaves espada.
-¿Qué ocurre?
-El hielo se está derritiendo.
-¡¿Cómo?!
-Parece que al estar inconsciente, Vali no puede mantener esto por más tiempo. Pero ya hemos llegado, le relevaremos.

Mientras Zero se levantaba dejando a Vali en el suelo, los tres rodearon al capitán inconsciente mientras eran testigos de como iba amaneciendo y el Sol derretía poco a poco el hielo que rodeaba a los gigantes oscuros.

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